En una extensa nota titulada “El trabajo es de nosotras, la platita es ajena”, la salteña Mirta Sisnero cuenta la situación de porque SAETA, no la deja manejar un colectivo. La historia de una batalla que ya tiene el visto bueno de la Procuración General de la Nación y llegó a la Corte Suprema de Justicia.
El diario Página 12 retrató el caso con una extensa entrevista realizada a la salteña Mirta Sisnero, conocida como la mujer que quiere ser colectivera y no puede, entre los argumentos increíbles que le dieron está el de uno de los directores de la empresa que dijo “Esto es Salta turística y las mujeres deberían demostrar sus artes culinarias, esas manos son para acariciar, no para estar llenas de callos”. (www.cuartopodersalta.com.ar/cambiar-patrones-culturales/#sthash.rz1Zfy9Z.dpuf)
En Argentina se estima que en el ámbito laboral la mujer gana un 30 % menos que los hombres y eso deja de manifiesto la todavía brecha existente y los derechos vulnerados.
Te reproducimos a continuación parte de la entrevista realizada a Sisnero, la mujer que tiene el carnet que la habilita a poder manejar un colectivo con el carnet que la habilita como chofer de transporte interurbano y de larga distancia. Sin embargo, lo tiene guardado:
la lucha de Mirtha no es individual, sino que su caso puede sentar precedente para muchas. Aunque la intimidad es política y es su intimidad la que la impulsó a dar esta pelea por dar el volantazo en su propia vida. Ella tiene dos hijos, de 17 y 18 años. “El tema mío es que yo quiero que mis changos estudien y no es nada fácil; acá la universidad está bastante lejitos del centro, tienen que viajar en dos líneas, todo es gasto, yo apunto a eso. Yo quiero un trabajo para una mujer de 35 para arriba, no para una nena. Para una mujer que tiene hijos, mamá soltera, que tiene que hacer dos o tres trabajos. Acá siempre la mujer gana menos, tiene que trabajar en varios lugares y ya no tiene tiempo para los hijos”, describe y sigue: “Un señor de una empresa de transporte me dice: ‘Vos tenés problemas con el tema de género’. Yo no sé qué carajo es el género, yo quiero el laburo, yo necesito el trabajo para mis hijos; cuando el niño es adolescente, gasta más y tenés que estar atenta a sus cambios; yo laburo sábado y domingo y llego cansada, agotada. Yo quiero un trabajo digno. Yo quiero una inclusión real para una mujer. Mujer”.

¿Y por qué no la dejan manejar un colectivo?

–Ellos dicen que en nuestra ciudad hay mucho embotellamiento, muchos problemas. Hay mucho quilombo en unas cinco cuadras, pero son pocas cuadras donde dicen que es muy difícil. Cuando hago una nota para gobernadores, concejales, la igualdad de género es justicia social. Acá hay muchos casos. La inclusión para la mujer que tiene hijos también ayuda a que la mamá pueda pasar tiempo con los hijos. Yo la peleo en eso, para que haya laburo para que las mujeres de más de 35 años tengan trabajo y no sólo las jovencitas. Porque acá en los trabajos prefieren a las nenas.

¿Cree que la Corte Suprema le va a dar la razón?

–Dios quiera que sí. Es un amparo colectivo y eso significa que es para todas las mujeres. Sería fantástico. No van a entrar todas inmediatamente. Irán a entrar cinco mujeres como máximo. Pero que tengan el derecho las mujeres. Hay que capacitarse, que tampoco es fácil. Hay que animarse al colectivo también. Yo tengo entendido que es superior a 10 mil pesos lo que gana un chofer, o más… Imaginate: si una mujer puede ganar eso, así vive tranquila. Culturalmente el varón gana mejor, eso tiene que cambiar; también para el varón es bueno que la mujer trabaje y que él se quede en la casa también.
La historia de Mirtha es gráfica sobre por qué las mujeres ganan menos. Muchas veces tienen que conformarse con trabajos más precarios y peor pagos, y no pueden acceder a los puestos mejor remunerados. Incluso no se trata sólo del fetiche de romper el techo de cristal con tacones en empresas de altas ejecutivas, sino de apretar el acelerador en un colectivo, ser mecánica, petrolera, camionera o integrante de alguno de los gremios que consiguen mejores salarios en paritarias.