Se cumple un año del asesinato de una de las grandes personalidades del activismo travesti Amancay Diana Sacayán, precursora del cupo trans.

Por estos días se cumplen dos aniversarios que generan sentimientos enfrentados. Dos hitos opuestos y a la vez irónicamente enlazados: el 17 de septiembre se cumple un año de la aprobación de la ley de cupo trans de la provincia de Buenos Aires, que establece que en toda la administración pública provincial tiene que haber un piso de, por lo menos, el uno por ciento de personas T que reúnan condiciones de idoneidad para ocupar un cargo. Unos días después, el 13 de octubre, se cumplirá un año del asesinato de la persona que más peleó por esta ley. Diana Sacayán pudo verla aprobada pero a pesar de la potencia de ese cuerpo que parecía indestructible no pudo escapar de la muerte temprana, destino aparentemente obligatorio para las vidas travestis.

 

Como emblema de la militancia popular y trans, Diana fue una de las dirigentes más importantes del país, reconocida a nivel internacional, con una extensísima trayectoria pateando todos los rincones del Conurbano bonaerense y promoviendo leyes que transformaron la vida de todxs. Trabajaba en el INADI, era cronista de este suplemento, había recibido de manos de la ex presidenta Cristina Kirchner un DNI con el nombre en el que se reconocía y también distinciones por sus luchas desde el colectivo Movimiento Antidiscriminatorio de Liberación (MAL). Acababa de ganar la última batalla por lo que consideraba una deuda social fundamental y urgente con el colectivo: el travajo. El 13 de octubre, mientras en el Encuentro Nacional de Mujeres en Mar del Plata la esperaban aparecer con su bandera, el cuerpo Diana fue encontrado, sin vida y con los signos de la saña que suele ir de la mano de los crímenes de odio, en el departamento de Flores donde vivía.

Fuente: Pagina 12, Soy. Por Dolores Curia.