La renuncia del obispo Zanchetta a la diócesis de Orán llegó a los medios nacionales. Infobae sugiere que el motivo del alejamiento fueron desmanejos financieros. Aquí la historia de un sacerdote de carrera meteórica y compañías polémicas.

Para el portal nacional la renuncia del obispo de Orán generó sorpresa dentro y fuera de la Iglesia. Como se recordará, en una carta publicada en sus redes sociales Zanchetta adujo  «un problema de salud».

La imprevista salida generó varias especulaciones. De acuerdo con el portal Caminos Religiosos, el estado de salud del prelado presentó en los últimos meses algunos síntomas que requirieron estudios pero nada que hiciera suponer la decisión de viajar a Roma para presentar ante el papa Francisco la renuncia como obispo.

Hoy Zanchettta se encuentra en la arquidiócesis de Corrientes, donde será recibido como huésped por el señor arzobispo monseñor Andrés Stanovnik quien fue nombrado administrador apostólico sede vacante. Será él quien reemplace a un Zanchetta cuya historia sorprende por su avance meteórico.

Ordenado el 13 de diciembre de 1991, en sus comienzos fue vicario parroquial de la catedral de Quilmes y con funciones en el seminario diocesano, con apenas 34 años fue enviado en 1998 a Roma para cursar durante dos años una especialización en Teología.

Diez años después, fue nombrado subsecretario ejecutivo -mano derecha del secretario general, segundo en importancia- del episcopado y secretario de la Comisión Episcopal para la UCA, por entonces bajo el mando de otro cuestionado sacerdote: monseñor Alfredo Zecca, quien recientemente también renunció a su misión como arzobispo de Tucumán.

Zecca fue arzobispo de Tucumán desde 2011 y enfrentó al movimiento de mujeres, a la comunidad de La Florida y a un sector de los tucumanos que reclamaba por el supuesto fraude electoral en la provincia, durante los comicios de 2015.

Pero el peor momento del ahora renunciado arzobispo llegó tras la muerte del cura Juan Viroche (conocido por sus denuncias al narcotráfico en La Florida), que apareció ahorcado el 5 de octubre de 2016. Un día después, cuando fue a oficiar la misa por Viroche en la iglesia Nuestra Señora del Carmen, en la localidad de Posse, Zecca, fue abucheado. Los vecinos lo acusaron de haber abandonado al religioso fallecido cuando este más lo necesitaba. “Le pidió tres veces que lo ayude y lo dejó solo; lo abandonó. ¡Váyase!”, le gritaban, entre aplausos y pedidos de justicia.

Volviendo a Zanchetta, debemos decir que en junio de 2013 –antes de ser designado obispo por el Papa– Zanchetta sumó entre sus cargos el de vicario episcopal de Asuntos Económicos, apoderado general del obispado de Quilmes y representante legal de todos los colegios de la diócesis de Quilmes.

Todo eso generó cierta reacción entre sus colegas quienes comenzaron a verlo como alguien que buscaba hacer carrera en la Iglesia para ser nombrado obispo. Su ambición le trajo numerosas denuncias por supuestos desmanejos financieros, involucrando incluso a los colegios bajo su órbita. Según algunos trascendidos, esos mismos manejos económicos se habrían repetido en Orán, precipitando su salida.

Se conocen en la provincia sus vínculos con miembros del poder político y económico, que le permitieron recibir asistencia y fondos del gobierno provincial y nacional dado que invocaba ser «pastor de una diócesis necesitada». Algunos de los pedidos, consigna Caminos Religiosos, tenían poco que ver con actividades religiosas.

Zanchetta protagonizó otro escándalo allá por 2014, cuando se negó a un control antidroga de rutina que la Gendarmería Nacional estaba llevando adelante en rutas de Salta, abusando de su investidura y amenazando a los oficiales con denunciarlos ante sus superiores. Finalmente, su vehículo fue inspeccionado y se le permitió seguir.