Se cumple un año de la sentencia del juicio por el doble crimen de las turistas francesas. El fallo condenó a 30 años de prisión a Gustavo Lasi, un baqueano de la zona de San Lorenzo.
El juicio vino a echar claridad sobre algunos puntos muy espurios del proceso de instrucción que comandó el Juez Martín Pérez, entre los que se destaca la implantación de pruebas, la no inclusión de las investigaciones de la justicia francesa, y el solapamiento sistemático de pistas claves.
Sin embargo el juicio no caló hasta el fondo de esas cuestiones, sólo se conformó con evidenciar esas incompetencias del expediente de instrucción, absolviendo a Daniel Vilte y Santos Clemente Vera, otros dos lugareños a los que se consideraba autores materiales del hecho.
Hace aproximadamente un mes atrás el periodista francés Jean-Charles Chatard presentó en Salta su libro “Autopsia de un doble asesinato”, en el que demuestra con un minucioso trabajo investigativo que las pistas claves conducen a la hipótesis de responsables hijos del poder, y que la connivencia que existe en Salta entre las fuerzas del orden, los organismos de investigación, el poder político, el poder judicial y el poder económico, han conspirado para mantener sombrío el camino de la verdad.
Baste con afirmar que Martín Pérez fue compañero de rugby de un posible sospechoso adinerado al que nunca se investigó, o que uno de los abogados del condenado Lasi es pariente del Ministro de Medio Ambiente de aquel entonces, o que en el marco de las diferencias entre el Juez Pérez y el Jefe de la Brigada de Investigaciones de Salta, Néstor Píccolo, este último perdió la vida misteriosamente.
Chatard es audaz, afirma haber tenido un encuentro con Lasi en la prisión, durante el proceso judicial, en el que el condenado le reconocía que no conoció jamás a las chicas, y que dijo haberlas violado sólo por indicación de su abogado.
Ese relato de Lasi parece apócrifo, sobre todo por las pruebas genéticas que coinciden en haber encontrado su semen en los genitales de las extintas. Sin embargo tampoco puede estarse seguro que eso no fue implantado ya que si quiera se tiene precisión de la fecha de muerte de las jóvenes. Fueron desaparecidas el 15 de Julio del 2.011 y encontradas dos semanas después, el 29 de Julio.
A un año de la sentencia las dudas están más vivas que nunca, las imprecisiones sobre el lugar del crimen, los motivos de la llegada de las muchachas a Salta –originalmente tenían previsto ir a Misiones-, el supuesto suicidio del Jefe de la Brigada de Investigaciones que comandaba a sabuesos en el proceso de instrucción y la falta de rigurosidad científica de la prueba entomológica más los desaires de las pruebas de ADN, no hacen más caldear los ánimos por vislumbrar una estafa judicial. Por esa razón muchos sectores solicitan la reapertura de la investigación.
En alguna oportunidad, en sus reiteradas visitas a Salta, el padre de Cassandre Bouvier, Jean-Michel Bouvier, declaró haciendo gala de su humanismo “prefiero culpables libres a inocentes presos”. Su preferencia parece haberse cumplido relativamente.