Un paciente del hospital de Tartagal se quiso escapar en remis envuelto en una sábana y con la aguja del suero todavía enganchada en el brazo. El remisero impidió la insólita fuga.

Los remiseros y taxistas (incluso colectiveros y también pilotos) seguramente han transportado a más de un excéntrico pasajero. Pero lo que vivió un chofer tartagalense esta semana probablemente no haya sucedido tantas veces: un paciente del hospital subió a su vehículo después de escapar del lugar, apenas vestido con una sábana y con la aguja del suero todavía clavada en su brazo.

El hecho sucedió en las afueras del hospital de Tartagal, en la esquina de Tucumán y Alberdi, cerca del ingreso de la Guardia. El paciente, de unos veinte años, subió al remis que esperaba el cambio de semáforo.

FM Alba informó que los testigos del hecho relataron que cuando el remisero vio el aspecto del pasajero se dio cuenta de que algo andaba mal. Se detuvo para averiguar qué sucedía e inmediatamente llegaron hasta el vehículo los rezagados miembros del personal de seguridad del hospital, que regresaron al malogrado escapista a la sala donde se encontraba antes de la hazaña.

El paciente sorteó diversos obstáculos para salir del hospital: la sala de internación, los consultorios de Guardia, dos puertas y una garita de acceso con barra de paso.