En el marco de la polémica reflotada por el gobernador jujeño Gerardo Morales, el concejal del PRO local Alberto Castillo volvió a referirse al tema y respondió en redes sociales, a una nota de Cuarto Poder. Algunas aclaraciones y datos para el concejal.

El viernes pasado, Cuarto Poder publicó en su versión web un artículo titulado «Castillo se colgó de la xenofobia de Morales y le respondieron». La nota hacía referencia al oportunismo del gobernador de Jujuy -y de buena parte de la dirigencia del PRO- en refritar discusiones obsoletas que, como puede advertir cualquier ciudadano con un poco de lectura crítica, alientan e inoculan irresponsablemente discursos de odio y de discriminación en la opinión pública.
Hacemos referencia puntualmente a la polémica por las cuantiosas cifras que un ciudadano jujeño tuvo que pagar en Bolivia por atenderse en un hospital público y en una clínica privada por las lesiones que sufrió en un accidente de tránsito. Al parecer, el hecho precipitó la ira del gobernador Gerardo Morales, quien dedicó varios twits al asunto.
En relación al artículo publicado por este medio, el concejal del PRO escribió en Twitter: «Señores editores de @CuartoPoderSalt en ningún momento dije que el musico argentino fue maltratado en Bolivia, solo dije que le cobraron hasta el papel higiénico, y les aclaro no es un acto de xenofobia como titulan, estoy pidiendo reciprocidad para los argentinos».
Algunas aclaraciones:
La respuesta del músico Manuel Vilca -a la que hace mención la nota publicada por Cuarto Poder el viernes pasado- no fue dirigida en forma directa al concejal Castillo. El hecho no era muy difícil de intuir, ya que el músico es ciudadano jujeño y difícilmente conozca y lleve la cuenta del accionar y las publicaciones de los ediles de Salta. El video publicado por el músico en cambio, sí fue posteado a modo de respuesta por internautas salteños en los portales y redes que se hicieron eco del comentario de Castillo.
Tal video, responde de forma genérica a todos los medios que tergiversaron la información; y a su vez, contradice -sin mencionarlo- al gobernador Morales, quien habló literalmente de «malos tratos» hacia los ciudadanos argentinos.
La nota refutada por Castillo, en ningún momento le atribuye al edil haber denunciado «malos tratos», ya que dichas declaraciones -como se dijo- pertenecen a Morales. «Tratan muy mal a los argentinos en Bolivia» escribió el gobernador jujeño en Twitter días atrás. También vale aclarar que esa publicación fue replicada por Castillo, sin ser objetada ni rebatida.
La xenofobia de Morales, a la que se alude si se alude en la publicación del viernes, no empieza ni termina en el caso de Manuel Vilca. Corresponde a una interpretación de los fenómenos políticos y sociales analizados en un determinado contexto: el contexto pre-electoral. El primer ensayo de este experimento se realizó en marzo del año pasado, cuando el gobernador Morales presentó un proyecto en la legislatura jujeña para que la provincia cobre la atención médica a los extranjeros que usen cualquier instancia de salud pública.
La bomba de humo se expandió rápidamente al resto del país a través de los medios afines al gobierno. De esa forma, la propuesta de Morales se puso al servicio de la estrategia duranbarbista de opacar los errores de gestión con debates altamente demagógicos.
La controversia fabricada el año pasado no prosperó ya que el presidente Evo Morales se comprometió a garantizar la reciprocidad en la atención a ciudadanos argentinos. Tal como explicó la ministra de Salud del vecino país, Gabriela Montaño, un ciudadano argentino que necesita atenderse en el sistema público de salud tiene hoy por hoy, las mismas prestaciones que tiene un ciudadano boliviano. Esto implica que, al igual que en el caso de los bolivianos que no cuenten con un seguro de salud, los extranjeros deben costear los insumos y medicamentos utlizados para su atención.
La funcionaria informó también que desde el 1 de marzo comenzará a regir el Sistema Unico de Salud, mediante el cual se amplían los tratamientos y prestaciones para ciudadanos extranjeros y residentes bolivianos de escasos recursos que aún hoy no cuentan con cobertura como: campesinos, trabajadores informales y cuentapropistas.
Como puede verse, el sistema público de salud boliviano en la actualidad dista mucho de ser infalible; no obstante puede jactarse de haber extendido progresivamente la cobertura y la complejidad en su atención luego de décadas de neoliberalismo.
De este lado de la frontera en cambio, el ministro de salud jujeño Alejandro Bouhid hace malabares para explicar por qué continúa en sus funciones, luego de haber celebrado la realización de una cesárea a una nena de 12 años víctima de una violación.

En un contexto pre-electoral, los discursos punitivistas, xenófobos o de «mano dura» han demostrado tener algún grado de eficacia; ya sea para orientar el descontento social hacia otros rincones lejos del poder, o para sumar algunas voluntades entre los sectores más desencantados con el sistema político.

Es necesario también comprender que en tiempos de posverdad y comunicación digital, la xenofobia no se expresa solamente de manera explícita y directa. También la alimentan aquellos que solapadamente fogonean y replican «falsos dilemas» controversiales,  para sumar algún grado de adhesión; más aún si se trata de funcionarios, dirigentes o medios de comunicación.