Tras la noticia de la muerte de la niña de 13 años embarazada producto de violación y con un terrible cuadro de desnutrición, vuelve el foco en la importancia de la educación sexual en las comunidades indígenas.

La niña wichí de 13 años y desnutrida, a la que le hicieron una cesárea de urgencia, murió en la tarde de este miércoles en la terapia intensiva del Hospital Perrando, en Chaco. El martes había muerto su bebé, que al nacer pesó poco más de 1 kilo. Sufrió una falla multiorgánica porque su cuadro era de extrema gravedad: anemia, desnutrición crónica, neumonía. Desde la provincia de Chaco reconocieron que todos los derechos de esta niña fueron vulnerados. Y que el Estado estuvo ausente.

La situación de la menor era vulnerable por donde se la mirara. La niña no iba al colegio. Vivía con su pareja en el paraje el Sauzal, en el Impenetrable. El viernes pasado, una tía de 20 años la acompañó hasta el puesto sanitario porque tenía fiebre. El médico que la vio la derivó al hospital más cercano, el Bicentenario de Castelli. No fue suficiente, desde allí la trasladaron al Perrando de Resistencia. La niña, con una infección generalizada, fue directo a terapia intensiva. Una ecografía confirmó el embarazo de 28 semanas. 

ESI en comunidades

La diputada Gladys Paredes, que también es médica pediatra y sanitarista, planteó que se tenga en cuenta a las mujeres originarias en el plan de educación sexual integral (ESI) en las escuelas. El pedido se lo hizo a la ministra de Educación, Analía Berruezo, cuando expuso en la Cámara de Diputados sobre el tema.

«Cuando hablé con mujeres wichi o guaraní sobre la ESI en las escuelas, ellas me dijeron que hay palabras de nuestro léxico que ellas no entienden, por lo que sería importante traducir a su lengua afiches, carteles y demás materiales para que también ellas puedan informarse», indicó la diputada a medios locales.

Si bien no maneja estadísticas concretas sobre los embarazos precoces en las comunidades originarias, Paredes señaló que se da mucho. «Tienen pautas culturales muy diferentes a las nuestras, por ejemplo, en la edad en que quedan embarazadas. Uno por ahí no entiende cómo una niña de 14-15 años quede embarazada, pero en su pauta cultural esto es algo esperado», agregó.