Por Franco Hessling

Se presenta como antimacrista. El gobernador le habla a su pueblo y le dice que está feliz de apoyar a las instituciones hospitalarias y de salud, tanto públicas como privadas, que se niegan a poner en práctica la ley nacional de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE), sancionada un año y medio atrás, en agosto de 2018. Habla en un video que se publica primero en la nueva web del Gobierno provincial, renovada desde que él llegó a la Casa de Gobierno de Grand Bourg, un par de meses antes, cuando Juan Urtubey partió tras doce años de gestión. En el audiovisual se expresa con la misma chabacanería de siempre, como cuando era diputado nacional; también viste los atuendos de siempre y con la misma ridiculez, aunque es enero lleva una campera amarilla inflamada, como chaleco para flotar. Él había votado en contra del proyecto de IVE en aquel 2018 y ahora se ufana de gobernar una de las provincias que, negando tozudamente la democracia, usan un argumento democrático para defender su atropello: fueron elegidos por el voto popular (léase por lo que digan las actas que llegan al juzgado electoral, provengan de urnas o computadoras). En el video, entona, con la confianza de les elegidos/as, frases nuevas para reafirmar su conservadurismo de poco vuelo, rezonga contra el oficialismo de Cambiemos, ya en su segundo mandato en la Casa Rosada, por permitir este tipo de  aberraciones a las buenas costumbres, la moral, la vida y la familia. El video es corto, como los que suelen subirse en la aggiornada web gubernamental, pero alcanza para hacer muchas lecturas, el mandatario salteño salpica información de dudosa procedencia sin relacionarla, fiel a su estilo. Vocifera aunque su imagen está cuidadosamente salvaguardada por una edición que permite que esos 78 segundos se viralicen en todas las redes sociales, sobretodo en la más reciente, LoserMainstream, primera red social creada por una organización internacional de Estados, el G-3 (China-Qing, URSS y Estados Unidos del Sur). El mandatario cierra el clip anunciando un decreto para implementar penas de muerte para violadores, violadoras y aborteras en Salta, aún si eso implicará posteriormente emanciparse de la Argentina que él llama “degenerada”. El gobernador es antimacrista. Alfredo Horacio Olmedo.

El escenario apócrifo proyectado en el párrafo anterior podrá interpretarse como una “campaña del miedo”, y puede que no sea una inferencia errónea. Más vale adelantarse a los avatares políticos decadentes, el delirio se precipita realidad con tanto vértigo que se hace imperativo improvisar distopías a modo de alerta. Después de todo, en algún momento no muy remoto parecía imposible que Donald Trump fuese presidente de Estados Unidos o que Marcelo Tinelli defendiera derechos del movimiento de mujeres.

Más vale adelantarse a los avatares políticos decadentes, el delirio se precipita realidad con
tanto vértigo que se hace imperativo improvisar distopías a modo de alerta.

En 2011, con la misma fortuna y capacidad de negociación con el oficialismo gobernante que Hermes Binner a nivel nacional, Olmedo se convirtió en el segundo candidato a la gobernación con más votos, poniéndose por encima del 20% en cuanto a sufragios recogidos. Quedó muy rezagado con respecto a Urtubey, hay que decirlo, pero no hubo quien le hiciera sombra en el segundo lugar. Fue dos veces electo diputado nacional —2009 y 2015—, la primera vez con métodos más abiertamente mercantiles, como sorteos de motos en actos de campaña o distribución gratuita de gorras y remeras, y la segunda con más inversión en medios y mejor diálogo con otros/as políticos/as. Para ser concretos, a medida que Carlos Zapata fue cobrando más protagonismo en Salta Somos Todos, el partido que fundó Olmedo, las propuestas y jugadas del sojero progresaron en términos de oportunismo. El rumbo ideológico no viró ni 10°, tampoco las trapisondas propias de Alfredo Horacio.

Sin embargo, aunque sus planteos puedan resultar de otro tiempo y latitud, hasta pre-humanos, Olmedo sigue estando entre los apellidos que firmemente competirán por la sucesión de Urtubey, puja donde hay lugar, al menos, para una decena de aspirantes. Según encuestas recientes financiadas por sectores del oficialismo, que actualmente no están visibilizados en la nómina de ministras/os, el latifundista del sur salteño cuenta con una intención de voto, nuevamente, por encima del 20%. Mediciones de ICQ de principios de este año no lo ponen con tan alta consideración, aunque lo que importa es que tampoco le confieren más de 30% de intención a ninguno de los tomados en cuenta, entre los que Gustavo Ruberto Sáenz pica en punta por estrecho margen. A río revuelto, la lucha social nos libre de algunes pescadores.

Esta semana, Olmedo visitó al intendente Ruberto Sáenz en el Centro Cívico Municipal, donde juntos se avalanzaron a la seducción de Urtubey, a quien ambos buscan convencer de que son suficientemente opositores de Cambiemos y suficientemente reacios al kirchnerismo. El actual gobernador ve en Javier David a su sucesor natural, pero es consciente que las chances electorales de éste son mínimas. Por eso todavía no se apresurara a elegir su candidata/o a sucederlo, que podría estar, sin vergüenzas para nadie, entre el intendente capitalino y el diputado nacional. Que nadie se sorprenda luego, estamos advertidos. En el encuentro, tanto Olmedo como Ruberto Sáenz deslizaron críticas al Gobierno de la Nación por la demora en los fondos para obras que ya se han iniciado, y que la Casa Rosada ahora pretende negociar directamente con Urtubey. Esa situación obliga al jefe comunal a mostrarse más cercano al gobernador, intención que comparte con el fundador de Salta Somos Todos.

Aunque por ahora, y por exigua diferencia, el excandidato a vicepresidente de Sergio Massa corre con ventaja en las encuestas, el piso de Olmedo es difícil de desechar, sobre todo si se tiene en cuenta que reúne las condiciones políticas para ser aliado de Urtubey: anti-kirchnerista y pretendido opositor responsable de Cambiemos.

El empresario agropecuario que este año sugirió que impulsaría un cementerio para fetos, hizo exactamente lo que correspondía en la reunión con su competidor por la gobernación y el padrinazgo del actual mandatario. Retomó el reclamo actual de Ruberto Sáenz contra Cambiemos por los fondos, aunque para explicar que sólo de esa manera se podrá continuar el proceso de gobierno municipal abierto en 2015, cuando Miguel Isa abandonó la intendencia. El diputado nacional exhortó de esa manera al intendente a que continúe encabezando la administración municipal y se alinee tras un proyecto provincial que lo tenga a él como referente principal.

Desde el saenzismo mantienen la calma aunque comienzan a caer en la cuenta que llegar a la gobernación será más arduo de lo que creyeron a fines de octubre del año pasado, cuando dominaron las últimas elecciones. No sólo habrá que lidiar con los PRO puros, protegidos por Marcos Peña, como Martín Grande, sino que el plan de negociar con Urtubey tampoco será fácil si Olmedo, u otro competidor con buen caudal electoral según las encuestas, se adelante a sellar acuerdos con el actual mandatario. Si los guarismos que maneja el urtubeicismo hoy en día se mantienen con el paso de los meses, a lo que se suma la caída de la imagen de Sergio Leavy tras su desplante por el voto contra el derecho al aborto y la distancia con respeto a Isa, Olmedo tiene serias chances de ser el candidato al que Urtubey acompañe el año próximo.