Desde que perdieron las elecciones el viernes, la Junta Electoral copada por Franja Morada se refugió en el centro de estudiantes de Económicas custodiando las urnas, tutelados por la propia coordinadora de Asuntos Estudiantiles de la UNSa, Soledad Farfán. Los militantes de base, no obstante, ya empezaron a reconocer la derrota.  

La política estudiantil local acaba de escribir una de sus páginas resonantes de los últimos tiempos, la agrupación de centro-izquierda PBI (Propuesta de Bases Independientes) se impuso ante la Franja Morada (FM) en la facultad de Económicas. Es cierto que un lustro antes el incipiente Frente Plural Universitario (FPU) tuvo la conducción tras ganarle al Frente Universitario de Ciencias Económicas (FUCE), aunque aquellas experiencias no significaron un giro ideológico como el de esta vez, FPU, FUCE y FM forjaron un mismo tipo de centro de estudiantes, en cambio, PBI apunta a una mirada de visos socialistas. Simplificando demasiado, diríamos que esta vez se impuso el horizonte democrático sobre el meritocrático. Restará ver si PBI gobierna sin olvidar la parte izquierda de su centro-izquierda, es decir, sin caer en una conducción que repudie la merito pero no la burocracia.

La victoria, como simple dato electoral, ya representa un punto de inflexión. Como se dijo, PBI marca diferencias discursivas sensibles con las agrupaciones que gobernaron el Ceuce desde el regreso de la democracia.

Hecatombe morada

La derrota de la Franja Morada en las elecciones del Centro de Estudiantes Único de Ciencias Económicas (Ceuce) azuzó a las autoridades de la facultad y la universidad, quienes pese a sus diferencias coincidían en la necesidad de perpetuar la conducción morada en el órgano de estudiantes. La Facultad de Ciencias Económicas, Sociales y Jurídicas, además de ser una de las unidades más numerosas, ha sido un bastión histórico de la burocracia estudiantil, docente y administrativa violácea. Prácticamente no hay personal empleado en Económicas que no haya tenido un romance, al menos esporádico, con la estructura de autoridades.

El rector, Antonio Fernández Fernández, y el decano, Víctor Hugo Claros, trinaron de furia el viernes al anochecer, cuando se hacía inminente la derrota de FM. El primero se reprochaba su apoyo resuelto a la vetusta burocracia morada: a poco de asumir creó la Coordinación de Asuntos Estudiantiles con rango universitario y designó como responsable a Adriana Soledad Farfán, esposa de Alejandro “Turco” Fayón, tradicional puntero radical en Económicas. La derrota de FM en la facultad, donde Fernández Fernández fue decano antes de mudarse al rectorado el año pasado, entre otras cosas, es una manifestación en su contra.

Claros, por su parte, quien tiene una estancia capicúa en el gobierno universitario (fue  decano de Económicas, luego rector y ahora otra vez decano), es un hombre propenso al malhumor. No obstante, el viernes tuvo un particular tedio. Salió de la facultad sin emitir saludo, obviando felicitar a los ganadores y rezongando por lo bajo. Las internas con Fernández Fernández desde que aquél lo relevara en el rectorado le permitieron ver algo positivo en la derrota de FM. Es un golpe para Fernández Fernández, se convenció el autoproclamado ex canillita. Sin embargo, con el paso de los días, Claros cayó en la cuenta que la situación es complicada incluso para él, pues ciertas cajas como las de los cánones de la fotocopiadora, ahora aportarán a sus opositores. Además, su declive político parece inminente: en 2015 ganó el decanato con menos contundencia que la esperada, su candidato a rector no puedo imponerse en primera vuelta, este año fue candidato a diputado provincial del Frente Salteño que no alcanzó a conquistar ni un escaño, y ahora ni siquiera podrá alinear al Ceuce con su gestión facultativa.

Consultada por las diferencias entre PBI y Franja Morada, Majo Paredes, secretaria gremial electa, enfatiza: “Nosotros apuntamos a la transparencia, la socialización de los apuntes y grupos de estudio, y el rol gremial del Ceuce. No lo vemos sólo como un lugar de atención al público”. Paredes cuenta que el viernes la Junta Electoral, copada por allegados a la FM, cerró las puertas del Ceuce con las urnas adentro. Desde PBI anticiparon alguna maniobra espuria ya que antes los apoderados morados habían dicho que hasta no contar con el recuento definitivo, abriendo todas las urnas, no reconocerían la caída que el escrutinio provisorio sellaba en 564 votos para PBI y 556 para FM. La propia coordinadora de Asuntos Estudiantiles, Soledad Farfán, se inmiscuyó adentro del Ceuce, seguramente para adoctrinar a la Junta Electoral sobre qué camino seguir.

Con el paso de las horas, ante la imposibilidad de encontrar fisuras en las actas para descontar la diferencia de votos, algunos militantes de FM empezaron a reconocer la derrota en redes sociales y a través de mensajes personales. Más iracundia para Fernández y Claros, pues Fayón y Farfán ya no pueden ni controlar lo que hacen sus bases. El traspaso de mando será el viernes a las 18 y se anticipa que, fiel a su tradición, FM vaciará el Ceuce antes de entregarlo. En casa de herrero, cuchillo de palo: desde PBI anunciaron que la Comisión Directiva del Ceuce no tiene los balances contables al día, ni siquiera conocen cuánto es el canon ni con qué presupuesto se encontrarán cuando reciban las llaves del centro.

Clima de época

La política universitaria, en particular la del claustro estudiantil, por su volumen y compromiso siempre permite trazar comparaciones con los escenarios provinciales y nacionales. El oficialismo provincial en crisis directamente se desentendió de participar en las elecciones del Ceuce. Se presentaron sólo dos listas: FM y PBI. El oficialismo nacional, si bien viene de ganar en los comicios generales, también va sedimentando una oposición igualmente radicalizada. Esa polarización, en una elección de dos listas, una férreamente Cambiemos y otra opositora, clarificó el voto para muchos estudiantes no necesariamente imbuidos en la política universitaria. Por una diferencia ínfima, aunque en una trinchera tradicional del sector político que hoy representa Cambiemos, ganaron los opositores al Gobierno de la Nación.