El cura Jorge Crespo y el sindicalista Fermín Hoyos no cuentan con el aval de las instituciones en las que sirvieron durante décadas para participar en las próximas elecciones.

Aunque poco parecen parecerse, Fermín Hoyos y Jorge Crespo, están emparentados por el devenir de este proceso electoral que vive la provincia. Uno por San Martín y el otro por Capital, uno por el romerismo y el otro por el urtubeycismo, los dos son precandidatos a diputados provinciales.

 Y aunque parezca extraño, los dos se enfrentan a las instituciones en las que sirvieron durante décadas para poder llegar a la Legislatura. El arzobispado no avala la candidatura de Crespo y el concejo directivo de ATE desautoriza la de Hoyos.

 “El caso todavía no está resuelto” aseguró el arzobispo Mario Antonio Cargnello a un pasquín local y repitió que Crespo no pidió, como le corresponde de acuerdo al derecho canónico, la autorización para participar en la próxima contienda electoral.

“En otras épocas al sacerdote le correspondía actuar en el mundo político. Ahora vamos a celebrar el Bicentenario y más de un tercio de aquel Congreso de Tucumán de 1816 eran religiosos” explicó Cargnello pero añadió que “los tiempos han cambiado y pensar, después de 30 años de democracia, que no van a encontrar en el laicado candidatos para un cargo a mi me revela un cierto fracaso en la dirigencia política”. Como sea, el arzobispo y el sacerdote no conversaron cara a cara y por eso la candidatura de Crespo sigue siendo cuestionada por Cargnello.

 Con menos cuidado semántico, el consejo directivo de ATE difundió un comunicado para dejar claro que “no avala la candidatura de Fermín Hoyos”. La central obrera explicó que “como entidad de tales características no tenemos candidatos, promovemos y protegemos una independencia gremial apartidaría”.

Los cuestionamientos no son, sin embargo, sólo de naturaleza institucional sino, sobre todo, políticos y hasta ideológicos. “Parece ser que este compañero no tiene memoria” expresó Juan Arroyo, secretario general de ATE, y recordó viejos y malos tiempos cuando “Romero lo metió preso durante su gestión como gobernador y a quien el mismo Hoyos no dejaba de amenazar y perseguir con piquetes y cortes de rutas”.

 En uno y otro caso y pese a la “recomendación” o “exigencia” de no utilizar el nombre de sus instituciones, el cura Crespo y el sindicalista Hoyos aseguran que seguirán adelante con sus proyectos políticos y que someterán sus candidaturas a la voluntad popular.