El gobierno macrista de la Ciudad de Buenos Aires se niega a denominar “Ernesto Guevara” a una escuela. El nombre fue elegido por padres, docentes y alumnos de la institución que hoy se identifica simplemente como “Media Nº 2”

Una larga polémica mantiene a una escuela secundaria sin la posibilidad de tener nombre propio, y mientras tanto se la denomina con un frío y burocrático «N° 2». El conflicto, relata el diario La Nación, empezó hace siete años cuando la comunidad del establecimiento que funciona en el Parque Avellaneda eligió que se llamara Ernesto «Che» Guevara.

Pero el Poder Ejecutivo porteño y los legisladores oficialistas consideran «controvertido» que una escuela sea bautizada como la histórica figura y sugieren que se repita el proceso de votación que se hizo años atrás en el colegio para escoger un nombre.

Al histórico edificio asisten unos 300 alumnos en el turno mañana. La construcción, de 1925, supo reunir a miles de niños que disfrutaban nadar durante las colonias de verano en aquella época pero desde hace diez años y tras décadas de abandono alberga a adolescentes que estudian una currícula con orientación en agronomía.

Entre los proyectos pedagógicos de la flamante escuela, en 2009 los directivos decidieron dar comienzo al proceso participativo para elegir una denominación propia que reemplazara el N° 2. Convocaron a la comunidad educativa -alumnos, docentes, miembros de la cooperadora, padres y hasta vecinos- a proponer distintas opciones y avanzar para obtener un nombre que le diera identidad.

Así fue como recibieron una variedad de propuestas, cada una acompañada por una breve explicación del porqué de la nominación. Entre las más mencionadas aparecieron Ernesto «Che» Guevara; Antiguo Natatorio, en reconocimiento al edificio; Armando Prieto, por un estudiante del barrio que fue desaparecido durante la última dictadura; Benito Carrasco, el paisajista; Francisco P. Moreno, Jaques Cousteau, y Paulo Freire.

Para fines de 2010 se concretó la votación, luego de una serie de jornadas de debate en las que cada impulsor justificó su propuesta. De los 228 sufragios, 41 fueron para Guevara, 32 para Antiguo Natatorio y 29 para Armando Prieto.

Según el protocolo para la imposición de nombres a establecimientos educativos de la ciudad, una vez realizada la votación, la dirección y la supervisión del colegio deben elevar una nota al Ministerio de Educación porteño para que éste la traslade a la Comisión de Cultura de la Legislatura local. Así lo hicieron, con copias al Poder Ejecutivo y paralelamente a los diputados pero no pasa nada.

Mientras el reclamo de la comunidad educativa para que oficialice el nombre continua, la legisladora de Pro y ex titular de la Comisión de Cultura Lía Rueda confirmó la negativa de la bancada oficialista a acompañar la designación. «No la vamos a aprobar porque me parece que una escuela no se puede llamar Che Guevara», sostuvo. «Los nombres y las figuras históricas no representan lo mismo para todos, habrá grupos que estén a favor de este nombre y otros grupos que no. Para muchos, Guevara puede ser un héroe que permitió una revolución, pero para otros es un personaje que apoyaba el uso de la violencia y llegó a justificar fusilamientos de personas que no estaban de acuerdo con sus ideales. Esto lo reconoció él mismo en el discurso que dio ante la ONU en 1964», precisó.

Como alternativa, la diputada planteó que «se repita el proceso de votación si es que no se puede avanzar con este trámite parlamentario para el nombre de la escuela. En la votación original también surgieron otros nombres, como Antiguo Natatorio o Armando Prieto, también se podrían retomar esos nombres».