El derrame de cloruro férrico por las calles de la zona dio una muestra en pequeña escala de lo que puede suceder de producirse un siniestro en la planta de Cerveza Salta; escenario en el que los  habitantes próximos se llevarían la peor parte. La concejal Mariana Reyes en vez de preocuparse por el bienestar de los vecinos, brinda “ideas” para ganárselos y evitar denuncias. 

En numerosas ocasiones desde Cuarto Poder hemos relatado las penurias que hace años vienen atravesando los vecinos de las zonas aledañas al local industrial: olores nauseabundos, ruidos molestos, la rotura del pavimento por el tránsito de camiones de gran porte, las molestias ocasionadas por el estacionamiento de los mismos en las calles adyacentes y presencia de alimañas, son algunos de los problemas con los que tienen que lidiar a diario. Ni hablar de las ocasiones en las que a la Cervecera se le ocurre remodelar la planta, reemplazar tanques o desplazar maquinarias, y con total impunidad cortan las calles —y el tránsito— dejando como rehenes al resto de los frentistas y a quienes circulan por el lugar, altamente concurrido por la presencia del Hospital Materno Infantil, Colegio de Médicos y fundaciones como Hope, entre otras. 

De producirse un “accidente” —del que no está exento ningún emprendimiento de semejantes características por más medidas de prevención que se pudieran tomar— es numerosa la población que se vería afectada. El escape de cloruro férrico que ganó las calles aledañas al local, es una acabada muestra de que “puede fallar”, y en ese caso no solo estaríamos hablando de las molestias a las que somete la Cervecera día a día, sino un alto riesgo para la población.

La situación de la planta industrial

Actualmente Cerveza Salta cuenta con un permiso otorgado irresponsablemente por la Municipalidad de Salta en el año 2003 para realizar su actividad en el lugar hasta el año 2027. Es decir que se le ha otorgado un permiso durante 25 años, acotando cualquier tipo de control de normativas que se pudiera hacer ya sea por parte de los organismos municipales, como también por parte de los concejales. La industria cuenta también con el CAAM (Certificado de Aptitud Ambiental Municipal, vigente hasta el mes de junio de 2019.

Pese a ello, y en conocimiento de la situación y riesgos que podrían provocar una industria en medio de viviendas familiares, desde la Comisión de Servicios Públicos del Concejo Deliberante, se ha citado a los responsables de la Cervecera y se les ha informado que la intención es que se trasladen al Parque Industrial, evitando que llegado el plazo correspondiente, se usen argumentos como la falta de tiempo para buscar un lugar y esto sea causa de solicitud de prórrogas. 

Entonces, ¿no se puede hacer nada hasta que venzan los plazos otorgados? Sí, todo depende de una decisión política que parta como una iniciativa del Concejo Deliberante solicitando al Ejecutivo Municipal la intervención, o directamente por decisión del propio intendente municipal. 

¿Hay esperanzas de que esto suceda? Luego del “accidente” de derrame de cloruro ferroso que tanto alarmó a los vecinos, el intendente Gustavo Sáenz fue consultado por FM Capital y respondió: “Lo ideal es que este tipo de empresas no esté instalado en esos lugares”. Con lo cual, podría percibirse una luz de esperanza donde la cordura del intendente, se adelante a cualquier otro hecho fortuito que pueda ser irremediable.

Cuando las fiestas y regalos ya no dan resultado

Cerveza Salta viene realizando en los últimos años un trabajo de encantamiento de periodistas, legisladores y funcionarios, con la organización de grandes y novedosos festejos, presentaciones y obsequios. Hasta el momento le habían dado resultado, y de esta forma lograba contener cualquier malestar transmitido por el ciudadano común.

El último siniestro producido en la planta, no pudo distraer la atención hacia la tilinguería y la birra gratis, por lo que la Industria debió activar un plan B. Es así como el viernes, invitó a funcionarios, concejales y periodistas propagandísticos a visitar la planta. Todo el paseo estuvo bajo la dirección de un ingeniero que al mejor estilo del presidente Macri cuando a la “crisis” prefiere denominarla “tormenta”, puso todo su empeño en desterrar la palabra “accidente” y reemplazarla por un “hecho no esperado” al referirse al derrame de cloruro férrico. Relató el especialista que el hecho se produjo el 25 de septiembre, fecha en que los trabajadores estaban de paro, refiriendo que de haberse encontrado el personal en desempeño de sus tareas, hubiesen advertido lo sucedido y se hubiese evitado que el químico ganara las calles. 

Se explicó en el “paseo” que el cloruro férrico carcome el metal, y en este caso, había perforado una válvula y una batea que debían tener la capacidad para contenerlo. A declaración de parte, relevo de pruebas, nunca hubo la suficiente previsión por parte de esta súper ingeniería, como ellos la presentan, para que los contenedores pudieran ser de un material con la capacidad suficiente para soportar semejante químico, que produce quemazón en la piel e irritación en los ojos, si entra en contacto con las personas.

Los gerentes presentes en el lugar se ocuparon de negar la existencia indisimulable de olores nauseabundos y ruidos molestos por parte de la Industria, y aseguraron irrisoriamente que los camiones no molestan a los vecinos ya que la carga y descarga se realiza fuera del horario comercial (como si los vecinos y transeúntes rigieran sus vidas bajo esa normativa, de 8 a 12 y de 16 a 20 hs.).

De concejal a promotora

A medida que el paseo se extendía, los presentes se mostraron cada vez más felices con las explicaciones de Cerveza Salta, ya conformes y seguros de que el “hecho no esperado” no iba a volver a ocurrir. 

Tan felices estaban casi todos en el lugar, que la presidenta de la Comisión de Medio Ambiente, Mariana Reyes, mudó su personalidad hasta casi parecerse a una promotora de Cerveza Salta y muy suelta de cuerpo brindó la solución ideal a la Cervecera. 

La edil les dijo a los directivos que estaba todo muy lindo, pero lo que tenían que hacer, era ganarse a la población, seducirlos, para que los consideren como parte de la barriada. Y tiró más ideas que sólo terminaron mostrando sus pocas luces para estar al frente de una comisión que tiene como objetivo preservar al medio ambiente y la población: apadrinar la plaza del Monumento 20 de Febrero y forestarla, donaciones al Hospital de Niños, en definitiva realizar una gran campaña, una gran propaganda. A lo que los directivos ni lerdos ni perezosos, le manifestaron que iban a tomar nota para activar la vergonzosa sugerencia. 

Quien representaba al Ejecutivo Municipal en el paseo por la Cervecera fue Gastón Galíndez, secretario de Ambiente municipal, a quien consultaron delante de los presentes, por la concejal del Partido Obrero, Cristina Foffani, sobre si desde el municipio se tenía pensado solicitarle a la planta el traslado al Parque Industrial, a lo que el funcionario respondió ignorando las propias declaraciones del intendente Gustavo Sáenz que “no”.

Demás está contar que los directivos de Cerveza Salta se ocuparon de esgrimir argumentos que evidencian el no tener la más mínima voluntad de un futuro traslado al Parque Industrial. Entre ellos, el fantasma de la cantidad de puestos de trabajo que se pondrían en riesgo, y los altos costos que les significaría el traslado a una planta que actualmente tiene un costo de 120 millones de euros. “No nos podemos trasladar”, fue la conclusión categórica de Cerveza Salta frente a funcionarios y concejales que, ojalá no lo recuerden cuando sea tarde, tienen la obligación de velar por el bien de la comunidad. 

Por lo pronto y muy a pesar de la población, continuará desarrollándose esta actividad industrial con permiso para generar modificaciones en el medio ambiente, producir cambios y trastornar la vida de las personas.