«Tenemos que ir de caraduras», dijo Velasco, en la previa al choque con Brasil. El entrenador de la Selección masculina de vóley confía en su plantel, en poder vencer al local y alcanzar las semifinales.

Desde las 22:15, en el Maracanãzinho, se vivirá uno de los cruces más prometedores de lo que va en estos Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016. Debido a que el local y uno de los candidatos a adjudicarse una medalla, Brasil, chocará con Argentina, su clásico rival, por los cuartos de final.

Julio Velasco, entrenador del seleccionado masculino de vóley, se mostró optimista de cara a este compromiso; sin embargo, avisó que no son favoritos pese a haber ganado su grupo. «Siempre he predicado que debe haber un equilibrio entre la confianza y la humildad. Pero ahora es el momento de la confianza. Hay que ir de caraduras a los cuartos porque vamos a enfrentar a un rival tremendo», sostuvo el DT que marcó una era al frente del combinado nacional italiano.

«Lo que va a sobrar es motivación, ganas y garra. Pero hay que tener cuidado que no sobre demasiado, porque es fundamental mantener la lucidez», reconoció en la previa el estratega nacional. Y luego, agregó: «Como el contrario puede ser superior a nosotros, hay que usar todo: el físico, la cabeza, la táctica y la creatividad. Esperemos hacer el mejor partido del torneo, y que alcance».

Si bien vienen de quedarse con el primer puesto en el Grupo B, el director técnico albiceleste prefiere la cautela y en diálogo con el Diario Olé remarcó que aún resta mucho por mejorar. «Nos queda mucho por crecer. Estamos como Irán y Canadá, tratando de llegar a la elite. Mientras tanto, hemos sacado un par de resultados importantes. Pensábamos que íbamos a clasificarnos, pero no de esta manera». En su zona derrotaron a Irán, Rusia, Cuba y Egipto, aunque cayeron con Polonia.

Para cerrar, explicó por qué decidió tomar el desafío de comandar al conjunto nacional: «Tenía una deuda con la Argentina. Estudié gratis en la primaria, secundario y la universidad. Pasé mucho tiempo en Italia y en Europa. Me retenían mis hijas y mis nietos, que los amo. Por eso sentía que debía devolver algo a Argentina. Me gustaba mucho la idea de entrenar acá. Y también la de vivir gran parte del año en el país».

Fuente: Infobae