Pasó Norman Bates, vio la pericia psicológica y se asustó.

Además de los testimonios de quienes lo conocían, la fiscal María Luján Sodero de la Unidad Fiscal de Delitos contra la Integridad Sexual (UDIS) también ordenó una pericia psicológica contra el padre Rosa Torino.

Respecto a la personalidad del sacerdote, uno de los profesionales señaló entre sus conclusiones que “la elección de la carrera sacerdotal esconde en sí misma el secreto de sus más profundas heridas, sus renuncias y sus frustraciones. (…) Presenta una estructura de personalidad compleja.
La profesional explicó que esto favoreció la escisión de su estructura psíquica y la conformación de dos partes que coexisten en él, una que permite la adaptación efectiva en distintos aspectos de su vida, como el laboral y el social; y otra vinculada a aspectos propios más desajustados, agresivos, impulsivos y tendientes a la invasión de la subjetividad del otro.
Respecto a la identidad del acusado, sostuvo que “se identifica con los valores propios de la doctrina que predica y desde allí estableció una vinculación con el mundo impregnada por un posicionamiento vincular asimétrico (por encima del otro) en el que busca ser admirado y reconocido”.
Agregó que “de lo evaluado puede decirse que (Rosa Torino) establece vínculos intelectualizados, que desde la afectividad no están facilitados por la empatía, ya que precisa desconectar sus emociones como una manera de ejercer control sobre ellas. Asimismo, establece vínculos asimétricos desde los cuales puede ejercer el poder sobre el otro devenido en condición de vulnerabilidad”.
“Tanto en su lenguaje verbal como en sus proyecciones técnicas, se observa el despliegue de un doble discurso que da cuenta de la existencia y coexistencia de aspectos desintegrados de su personalidad”.
“El doble discurso deja a su interlocutor siempre ante la vulnerabilidad que genera la incomprensión acerca de lo que él dice, posicionándose en un lugar de saber y de impartición de conocimientos, pero siempre a expensas de dejar al otro en un lugar de inferioridad con respecto a él”, agregó la licenciada sobre el acusado.

Para la fiscal este cuadro sumado a un gran cantidad de testimonios de otros ex integrantes de dicha orden religiosa, quienes coinciden con los conceptos señalados por la psicóloga, evidencian con claridad la verdadera personalidad del acusado, quien se valió de su ascendencia sobre los mismos para manipular situación que lo colocaron en posición de invadir y abusar de la sexualidad de los mismos.