Los tan masculinos canas del destacamento del paraje Los Pinos se niegan a usar una bicicleta rosada porque la gente les hace burlas. Para colmo, cuentan con muy pocos vehículos para patrullar.

Los policías del destacamento policial del paraje cerrillano de Los Pinos, ubicado en la ruta provincial 21, carecen de móviles para realizar los patrullajes de rutina.

El diario El Tribuno publicó la insólita situación. El matutino relató que una vecina del lugar cansada de los robos que se producen en esa extensa zona rural donó a los efectivos de la fuerza una bicicleta de dama, color rosa chillón, asiento al tono, cesto anterior blanco, para transportar herramientas de la repartición y otros enseres, para cuando hagan sus rondas por la jurisdicción.

Pese al acto solidario de la lugareña, los efectivos de la fuerza de seguridad provincial se niegan rotundamente a montar ese velocípedo por considerarlo «poco macho», según contaron vecinos del paraje.

«Muchos jóvenes de la zona toman en broma el tema de la bicicleta rosada, pero la cuestión es seria, porque necesitamos más patrullajes de la policía», Antonio, vecino de Los Pinos.

Solo una mujer policía, que brinda servicios en la zona usa la bicicleta para concretar sus rondas por la jurisdicción.

«La verdad que solamente vi a la mujer policía patrullar con esa bicicleta rosada «, aseguró a El Tribuno el propietario de una finca agrícola del lugar.

El detonante

Al parecer, el detonante de la postura de los policías del destacamento Los Pinos fue la burla de algunos jóvenes lugareños.

Al respecto, Antonio, otro vecino de Los Pinos se sinceró y contó a El Tribuno: «Todo comenzó hace un tiempo atrás, cuando unos changos atrevidos desde esos yuyos del costado de la ruta le gritaron al policía que pasó montado esa bici: ‘Pantera Rosa’. En el acto, el hombre se apeó y a partir de ahí continuó patrullando a pie».

El hombre agregó: «Desde entonces, nunca más vimos un efectivo en esa dichosa bici. Y para peor, el otro día pintaron por aquí un cartel que decía: Destacamento de la Pantera Rosa. Por supuesto, lo despintaron en el acto. Algunos jóvenes toman esto en broma, pero la cosa es seria. Necesitamos más patrullajes y los policías hacen hasta lo imposible por cubrir la zona y debemos ayudarlos».

Lo bueno, resaltó Antonio, es que con esta cuestión de la bici rosa, un tabacalero bien gaucho de por aquí, prometió donar después de la cosecha, dos bicicletas color neutro. «Ojalá cumpla», exclamó el cerrillano.

El destacamento

La repartición depende de la Unidad de Orden Público 13 de la localidad de Cerrillos y permanece abierto las 24 horas. La repartición cuenta con un policía por turno y se encuentra ubicada en el kilómetro 10.5, de la ruta provincial 21, conocida como Camino a San Agustín, en un predio contiguo al Centro de Salud.

A través de una línea telefónica fija, los policías se mantienen en contacto permanente con la UOP 13.

En caso de emergencia debe acudir un patrullero de la comisaría cerrillana, ubicada a más de 7 kilómetros del paraje rural.

El problema de la inseguridad

El destacamento de Los Pinos comenzó a funcionar en 2007 ante la necesidad de contar con mayor presencia policial en una zona que a medida que crecía poblacionalmente y se unía con el extremo sur de la ciudad de Salta comenzó a padecer el accionar indiscriminado de la delincuencia.

Robos y atracos, lamentablemente se convirtieron en moneda corriente en ese sector de la localidad, al parecer muy estudiado por los malvivientes por la facilidad de escabullirse luego de cometer sus delitos.

Prueba de ello es la experiencia de una familia que reside a solo 300 metros del destacamento, que en los últimos años sufrió cinco robos. Las salas de las fincas y las casas de los clubes de campo, también se encuentran en la mira de los delincuentes. «Los robos siempre se concretan en horarios en los que las casas están vacías. Los chorros hacen tarea de inteligencia», conjeturó el finquero.

A inicios de 2014, una comisión de vecinos de San Agustín se reunió con el jefe de la Policía de Salta, Marcelo Lami, para solicitarle medidas urgentes de seguridad. En la oportunidad, el funcionario se comprometió a destinar, al menos, una moto para el puesto policial. Hasta ahora esto no ocurrió y los uniformados de Los Pinos aún buscan valor para salir a patrullar en la bici rosada.