Inauguramos nueva sección de discos salteños que andan girando por la web para escucharlos de manera gratuita. En esta primera entrega: Rana Amazónica del despertar divino, el raro disco de El Transcurso en la Ubre.

Como para darle una definición aún más piola al vanguardismo sacamos a relucir nuestro cuasi natural francés y apelamos al idioma de Baudelaire para referirnos tal vez de una manera equívoca a lo que los muchachos de El Transcurso en la Ubre -trío conformado por Migue Rossi, Adrián Moroni y Roberto Mazza- grabaron en esta casi hora de delirio injustificado.

Por fuera de todo lo que se pueda escuchar por estos lares y más cercanos a una banda de desquiciados musicales, los changos de ETELU apelan a una conformación poco atípica en cuanto a la instrumentación: teclados, guitarras, vientos (tal vez), algo de percusión, sonidos ambiente y un sinfín de pelotudeces que jamás entenderemos. Todo da como resultado un disco que puede sacar de quicio a más de uno, si es que se superan los primeros 18 minutos del tema que abre la grabación: “Gertruidesteronia”, a lo que siguen las dos composiciones más breves pero no por eso menos delirantes: “Tres docenas de empanadas” y “Al Vaso Manchado Laválo”, ambas rondan los 5 o 6 minutos, y son lo más parecido a una composición comercial que pueda tener esta banda, no tanto por la música sino más bien por la extensión. Largos pasajes de locura y muchas teclas sueltas, algún que otro grito, escupitajo y arcada, junto con la constante idea de que alguna mascota sufrirá mucho al escuchar estas músicas raras.

Rana Amazónica del despertar divino cierra con una composición digna de lamedores de sapos. “Zooguaseso” es algo que está a medio camino entre la genialidad incomprendida y el ruido que hace la máquina que corta fémures vacunos para convertirlos en el puchero de la sopa. Casi media hora de inmersión en la volatilidad compositiva de estos tres muchachos que uno no sabe si son tan capos que no se entiende nada o si es que se están haciendo la burla de todo el mundo y vienen a trolear con un disco.

Los beneficios de la música avant-garde, diría un músico que nadie conoce, por lo cual no mencionamos el nombre. Precisamente ese juego que se da en la delgada línea divisoria de la genialidad y la mierda total. Ahí está este disco de ETELU. ¿Hay que escucharlo? Se preguntarán. Pues no necesariamente. Esa es la respuesta, porque no son sonoridades agradables a cualquier paladar auditivo. Pero como es gratis, le damos caja igual.