Un informe internacional coloca a nuestro país entre los mercados más vulnerables. Es débil en su dependencia del financiamiento externo y en su situación política. 

Los inversores internacionales viven monitoreando la salud de las economías de los países emergentes (allí es dónde potencian el retorno de sus apuestas) para saber cuándo salir o volver a entrar. Al respecto, la mayoría navega siguiendo como referencia el faro del influyente Institute of International Finance (IIF). Al respecto la entidad construye anualmente un semáforo bautizado «Heat Map» con el fin de comparar las vulnerabilidades relativas entre países. En particular buscan evaluar el impacto de una mayor aversión al riesgo o aumento en las tasas de interés de la Fed, especialmente en los emergentes con vulnerabilidades externas y marcos de políticas menos creíbles. Para ello, evalúan las vulnerabilidades en tres dimensiones: la dependencia del financiamiento externo; las vulnerabilidades internas del sector real y financiero; y la credibilidad de las políticas y la estabilidad política que afectan el alcance del ajuste macroeconómico. Los puntajes se asignan utilizando la metodología del FMI aplicada a los «Indicadores de sobrecalentamiento para las economías del G20». «A los países se les asigna una clasificación de colores para cada indicador de vulnerabilidad que marque la suya en relación con otros países de la muestra. El rojo implica el más vulnerable y el verde oscuro el menos vulnerable», explica el IIF en su metodología.

El «Heat Map» con que comenzó el año muestra que la Argentina presenta las mayores vulnerabilidades seguida por Turquía. En especial, el país es más débil en su dependencia del financiamiento externo y en su situación política. En cambio se destaca por sus mejores indicadores de vulnerabilidad al financiamiento local.

Por ejemplo en el caso del tipo de cambio real, el estudio muestra un desvío respecto del promedio de los últimos diez años de casi el 30%. Obvio que en el tema de metas inflacionarias, Argentina no aprueba.

El estudio contempla indicadores clave de la macro, en su faz externa como doméstica, y del entorno político. Es así como bajo el Indice de Vulnerabilidad del Financiamiento Externo además se evalúa el nivel del saldo de la cuenta corriente del balance de pagos; el déficit de la cuenta corriente neto de la IED; el ratio de cobertura de las Reservas; el nivel de la deuda externa de corto plazo sobre la total; el peso de la deuda externa sobre el PBI y el nivel del tipo de cambio real. En cuanto al Indice de Vulnerabilidad del Financiamiento Doméstico allí se comparan indicadores como el porcentaje de la deuda corporativa y de las familias sobre el PBI; el crecimiento real del crédito privado; el nivel de reclamos externos; las tenencias extranjeras de moneda local y de acciones; y el precio de las viviendas. Mientras que el Indice de Vulnerabilidad Política contempla desde el desvío de las metas inflacionarias; el nivel de las tasas de interés reales; el nivel del déficit fiscal; la deuda pública; posición en el ranking WEF Global Competitiveness y de Gobernanza del Banco Mundial.

Cabe señalar que el IIF evalúa la vulnerabilidad de un país en relación con otros de la muestra estableciendo umbrales numéricos para cada indicador de vulnerabilidad, y viendo dónde se encuentra el país con respecto a los umbrales. Se asigna un color rojo para indicar que el país es más vulnerable en la muestra, se asigna un color rosa para sugerir que el país es vulnerable, mientras que se asigna un color verde claro si el país es menos vulnerable y se asigna un color verde oscuro si el país es menos vulnerable en la muestra. De los 19 países emergentes evaluados, además de Argentina figuran Ucrania, Tailandia,Polonia, Filipinas, Malasia, Corea, Indonesia, Hungría y la República Checa, entre otros.

Fuente: Ámbito