Mientras los precios obligan a racionar las compras, Macri raciona la energía eléctrica generando cortes de luz programados en Capital Federal y Buenos Aires. Los usuarios afectados son 200 mil. La última vez que se apeló al sistema fue con Alfonsín.

El Ministerio de Energía informó ayer que Edesur y Edenor realizarán cortes programados de luz hoy y mañana entre las 13 y las 16 horas en distintas localidades de Capital y Gran Buenos Aires. La novedad se conoció a través de un comunicado donde la cartera conducida por Juan José Aranguren atribuyó la medida a la “precariedad del sistema de generación y distribución” en un escenario de fuerte demanda de energía provocado por las altas temperaturas. La última vez que se realizaron cortes programados fue en 1989 durante la presidencia de Raúl Alfonsín. Este jueves los usuarios afectados serán 190.059 y mañana 196.352, a los que se sumarán los habituales perjudicados por problemas técnicos.

El Gobierno distribuyó ayer por la tarde un listado con la cantidad de usuarios a los que se les interrumpirá el servicio, precisando la localidad, el número de subestación y de medidor. Para saber si están alcanzados por los cortes, los clientes de las distribuidoras deben revisar el número de subestación y de medidor que figura en su factura y ver si aparece en los listados oficiales, aunque insólitamente hasta ayer a la noche el Gobierno no había subido la información a ningún portal gubernamental y sólo la distribuyó a través de los medios de comunicación. En las distribuidoras aseguraron a este diario que se enteraron de la novedad por la prensa y que estaban trabajando para poder poner la información en sus páginas web hoy a primera hora.

La decisión de implementar cortes programados supone un cambio sustancial en la política energética. En los últimos años del kirchnerismo, los problemas en el sector eléctrico se habían concentrado fundamentalmente en el eslabón de la distribución y los días en que la generación estuvo al límite se lo solucionó pidiéndoles informalmente a las grandes empresas que disminuyan el consumo. También supo haber cortes preventivos en áreas residenciales que no fueron forzados por problemas técnicos, pero la lógica que se aplicaba era diferente. Las distribuidoras monitoreaban la demanda en tiempo real y cuando veían que los transformadores y los cables se estaban recalentando demasiado, solían aplicar lo que en la jerga se conoce como un “palancazo”. Cortaban el servicio por algunas horas para que los cables se enfríaran y así evitar que se quemaran, pues de ese modo el corte se extendía por tres o cuatro horas, mientras que si el cable se quemaba la reparación podía demorar 12 horas o más.

Ahora, en cambio, el Gobierno programó cortes para hoy y mañana porque supone que la energía disponible en el sistema no alcanzará para abastecer la demanda prevista. Es una proyección y, como tal, no es seguro que se cumpla. De hecho, en el comunicado distribuido ayer se aclara que “de producirse una variación positiva de las condiciones meteorológicas se discontinuará el esquema de cortes programados”. Las distribuidoras ya habían dado una pista de lo que se venía al informar el martes que el Gobierno les había solicitado realizar interrupciones por restricciones en el parque de generación, tal como informó ayer Página/12.

La generación eléctrica ya se había resentido a comienzos de enero cuando la central nuclear Embalse fue sacada de servicio para poder avanzar con las obras de extensión de su vida útil, tareas que demandarán cerca de dos años. A partir de entonces el Sistema Argentino de Interconexión vio disminuida su potencia en unos 600 megavatios. Para los días de mayor demanda, el Gobierno confiaba en poder compensar el faltante importando energía de Uruguay, Brasil, Paraguay y Chile. Sin embargo, en las últimas jornadas se registraron problemas en algunas centrales térmicas, lo que restringió aún más la oferta. Central Costanera, por ejemplo, tiene varias máquinas fuera de servicio y lo atribuye a camalotes que dificultan las tareas de refrigeración de las turbinas.

Esta situación llevó a que la oferta de energía sea menor a la habitual. De hecho, el viernes pasado el record de demanda informado por Cammesa fue de 25.471 Mw. y el martes el Gobierno pidió que las distribuidoras apliquen cortes por la tarde cuando la demanda apenas había superado los 24.000 Mw. Según Cammesa, el pico de demanda de ese día fue de 24.706 Mw a las 21.25, y a esa hora la generación de energía llegó a 23.020 Mw, complementándose con importaciones de Uruguay, Brasil y Paraguay, lo que deja en evidencia una situación límite.

El Ministerio de Energía explicó en el comunicado enviado ayer que se aplicarán cortes rotativos de aproximadamente el 5 por ciento de la energía eléctrica distribuida. Hoy se afectará a 101.483 usuarios de Edenor y 88.576 de Edesur, mientras que el viernes serán 98.319 de Edenor y 98.033 de Edesur. El listado incluye para hoy a las localidades de Belgrano, Palermo, Saavedra, Boulogne, González Catán, Ituzaingó, La Tablada, Carlos Paz, Martínez, Maschwitz, Moreno, Pilar, San Justo, Tortuguitas, Constitución, Liniers, Lugano, Parque Patricios, Pompeya, Banfield, Burzaco, Calzada, Corina, Don Bosco, Ezpeleta, Florencio Varela, Glew, Maciel, Monte Chingolo, Quilmes, Sarandí y Temperley. “Lamentamos estas circunstancias, pero creemos que nuestra responsabilidad nos obliga a anticipar la necesidad de interrupciones de forma tal que la ciudadanía pueda tomar las precauciones que correspondan”, concluye el comunicado. Lo llamativo es que, más allá del lamento expresado por escrito, ningún funcionario decidió ayer salir a explicar cómo se van a aplicar los cortes y se limitaron a distribuir el detalle de los cortes como si estuvieran informando un hecho rutinario sin mayor relevancia para la vida de los ciudadanos.

Fuente: Página 12