Obligar a una niña a parir es tortura, afirmó una ONG ante más de 3.000 madres menores de 15 años, víctimas de violaciones en nuestro país.

Más de 3.000 niñas menores de 15 años se convierten en madres en Argentina cada año, víctimas de violaciones que deben pasar por embarazos y maternidades no deseadas, mientras sus agresores gozan de impunidad, determinó un informe de una organización que solicitó que esta realidad se penalice como tortura.

«Es un número que impacta porque nos muestra la continua violencia a la que son sometidas las adolescentes», dijo a Télam Milena Páramo Bernal, coordinadora argentina del Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de las Mujeres (Cladem).

La organización presentará en el Anexo de la Cámara de Diputados, en el 2° piso de Rivadavia 1864, el Balance Regional de Maternidad Infantil Forzada que muestra la situación en 15 países de la región.

«Entre los años 2011 y 2012 tenemos que en los los países que relevamos el total de niñas madres menores de 15 superan la cifra de 60.000», detalló la profesional.

Cladem solicitará que los embarazos infantiles forzados sean incorporados a los códigos penales como delito y considerados como tortura.

«Pensemos que en contextos de guerra o conflicto interno se contempla la tipología embarazo forzado. ¿Por qué razón no podrían ser tipo penal los sucedidos en tiempos y contextos de paz? Decimos también: el embarazo forzado es tortura», afirmó la dirigente social.

El diagnóstico detalló que para estas niñas el riesgo de vida «suele ser el doble de las adolescentes del siguiente rango etario», además de estar expuestas a una serie de complicaciones como la fístula obstétrica, pre y eclampsia y depresión profunda, entre otras.

Sobre los violadores, Páramo Bernal consideró «vergonzoso el nivel de impunidad que tienen en todos nuestros países. Distintos estudio muestran que el violador, en un alto porcentaje, es un familiar directo o amigo cercano de la familia, es decir, en el propio núcleo de afecto y proximidad están los violadores de las niñas».

El informe recomendó a los estados avanzar en los sistemas estadísticos para conocer más sobre la complejidad de esta realidad, ya que los datos de embarazos de niñas «no suelen ser reportados y las estadísticas sobre abortos suele estar subregistradas».

El balance argentino determinó que 3.117 niñas menores de 15 años fueron madre en 2010; 3.156 en 2011; 3.020 en 2012; 3.261 en 2013 y 3.007 en 2014.

Los países que registran mayor cantidad de madres niñas son Brasil con una media de 25.000 por año y México con un promedio de 11.000.

«¿Qué está pasando en nuestros estados que permiten que nuestras niñas tengan que interrumpir dramáticamente su normal desarrollo, su escuela, su vida, para afrontar embarazos que no eligieron y aparte se les niega, dificulta, demora u obstaculiza el derecho de interrumpirlo?», interpeló la titular de la ONG en Argentina.

Brindar el servicio de aborto seguro para las niñas en caso de violación es otro de los pedidos de Cladem, que advirtió que en Honduras, El Salvador, Guatemala y República Dominicana, no se puede acceder a la práctica.

«Así, coexiste violencia sexual y en muchos casos riesgos de salud para la mujer. En Argentina, en donde la violación es causal para interrupción legal, subsisten diversos obstáculos para lograr la práctica», analizó la especialista.

Diseñar políticas públicas para prevenir el embarazo y la maternidad infantil forzada y empoderar a las niñas y brindarles educación sexual, acceso a servicios de salud reproductiva y asesoramiento psicológico y legal, son otros de los pedidos que Cladem realizó a los responsables estatales.

Fuente: Telam