Mary Robles habla sobre la actualidad del colectivo trans en Salta. Estrategias políticas que logran avances, entre reuniones con Urtubey y Romero. Además, la dirigente opina sobre una posible zona roja. (Federico Anzardi)

Lo primero que se ve al ingresar a la Asociación de Travestis, Transexuales y Transgéneros de Argentina filial Salta es un cartel oficial del reciente Encuentro Nacional de Mujeres.

El afiche no es un detalle menor. Se trata de una bandera conquistada después de mucho tiempo. Una declaración de principios. Por fin, recién este año, las chicas trans fueron reconocidas como iguales por sus pares.

“Hemos sido por primera vez miembros de la organización del Encuentro Nacional de Mujeres. Y esta oficina se prestó para eso”, dice Mary Robles, la presidenta de ATTTA Salta, en las flamantes instalaciones de la organización. Desde mitad de año ocupan una casa en calle Mendoza al 400, después de que el propietario del inmueble anterior las corriera, pensando que su vivienda sería utilizada para obscenos movimientos. El prejuicio instalado sobre el colectivo LGBT es algo que Robles quiere erradicar. Por eso muestra las oficinas, decoradas con sobriedad y listas para tratar todos los temas de la organización. La que ha crecido lo suficiente como para ser una de las más importantes de la ciudad.

Para Mary, el balance de la participación de las chicas trans en el Encuentro Nacional de Mujeres fue positivo. “Porque prestamos nuestra sede, se trabajó todo este tiempo. Y nosotras fuimos parte de la organización y somos responsables de todo lo que haya pasado”.

Alguna vez, Mary Robles dijo con orgullo que todo lo que había conseguido para su sector había sido con política y no mostrando las tetas. Por eso, su posición frente a algunos actos del ENM es crítico, dentro del apoyo brindado: “No estamos de acuerdo con la agresión. Soy católica también, ojo. Y al ser católica no estoy de acuerdo con que me agredan ni agredir.  Creo que he conquistado mucho en la provincia. Cuando yo vine acá en el 2007, después de que falleció Pelusa Liendro, me puse la camiseta sola, porque nadie quería acompañar. Hoy todos defienden la camiseta, todos se pelean por la marcha, todos son defensores de derechos humanos, todos han trabajado en la ley de género. Y sin embargo yo me vi muchas veces sola levantando firmas en la peatonal. Todos son defensores hoy, todos han conseguido, todos han luchado. Me parece perfecto. Pero vamos por más. Vamos por lo que falta sin matar al otro. Sin agredir al otro. Porque se puede. En todos mis años de lucha no he tenido una palabra de más”, dice.

ATTTA hoy está en el centro de la polémica porque es una de las voces autorizadas para opinar sobre la posible instalación de una zona roja en la ciudad.

 “Nosotras hemos tenido muchas denuncias de las compañeras, están molestas. Hemos apelado ante Derechos Humanos, estamos trabajando. Hay una perspectiva de un proyecto para que podamos trabajar con algo positivo que se pueda hacer sin agredir a nadie, garantizando a la compañera y al vecino”, opina.

Además, Robles hace hincapié en una cuestión legal que ve como contradictoria: “La prostitución no está reglamentada. Y el Código Contravencional dice ‘al que ofreciere o haga escándalo en la vía pública se le cobra días de multa o de arresto’. Yo no sé cómo podés meter preso por algo que no está reglamentado. Es contradictorio. La Legislatura le da una apertura a la Municipalidad, en un año político, que se pueda abrir una zona roja cuando hay cuatro lugares de trabajo: Castañares, Zuviría al 1500, Hernando de Lerma y Avenida Tavella. No están visibles, pero van a seguir existiendo, porque hay demanda. Lo que están haciendo las chicas cuando se autoconvocan es tratar de que se las escuche, porque creció la ciudad y creció la demanda”.

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Romero o Urtubey

Robles asegura que admira a Juan Manuel Urtubey. El año pasado, después de renunciar a su puesto como asesora de la diversidad dentro del Ministerio de Derechos Humanos, argumentando que no se estaba trabajando para lograr cambios, la dirigente pareció alejarse del oficialismo. Hoy se la nota más conciliadora. “Nos hemos encontrado (con Urtubey) y tuvimos la oportunidad de decirnos las cosas. Lo que admiro de este hombre es que me dio la venia para hacer más amplio este trabajo. De ahí salió el encuentro de ATTTA el año pasado, que fue difícil conseguir. Hemos propuesto este año que queremos el Área de Diversidad, que ya está en la municipalidad. Ahora queremos la Secretaría de la Diversidad dentro del gobierno. El avance es amplio. Y pedimos un centro social, cultural y deportivo. Ya lo estamos hablando. El Centro Comunitario Trans, también. Si hacemos política creo que vamos a reflotar todos estos proyectos, para poder crecer en comunidad y en armonía, que es lo que nos está faltando. Nos falta compromiso social y político, donde todos trabajemos para todos, no para uno solo”, explica.

Esa cintura política para moverse le permite a Mary  reunirse con Urtubey y con su principal competidor de cara a las elecciones del próximo año: Juan Carlos Romero. La dirigente charló con el ex gobernador el lunes pasado, durante su programa “Romero te escucha”, que se emite por Radio Salta.

“Estos días me llamó por teléfono Juan Carlos Romero porque quería saber mi opinión. Y se la di. Más de uno se molestó. Pero soy presidente de una organización, me debo a mi gente. No me debo a la parte política. Desde la institución ya se viene bajando línea: hay que diferenciar entre lo institucional y lo político”, dice Robles.

La diferencia entre la parte institucional y la política es algo en lo que Robles vuelve más de una vez, le interesa marcar esa división. “Tenemos un área de la diversidad institucional, que es la que organiza las marchas y cuida los pormenores. También tenemos un área de la diversidad política, que me convierte en dirigente. Se trabaja todo lo que es el tema inclusivo, formando dirigentes políticos nuevos, que no tienen nada que ver con el trabajo social. O sí, pero van de la mano. Cuando vos hacés un trabajo político rebalsa lo que es comunidad LGBT, porque ya es comunidad general. Y en este grupo de área de la diversidad tenemos hombres y mujeres heterosexuales. Eliminamos el concepto LGBT porque ya es un conjunto de más personas. Delimitar la diversidad es contradictorio”, argumenta.

“Creo que el tema político debería ser más comprometido -continúa. Si tenemos leyes deberíamos empezar a trabajar sobre lo que no está registrado, lo que no se veía y se ve hoy, que son orientaciones de género. Primero se decía raza, hoy se dice originaria. Se han cambiado un montón de cosas, pero no se están trabajando a la par de lo que cambiamos. Eso es una parte contradictoria desde el Estado. Necesitamos trabajar en esas partes. Vamos progresando y a la vez vamos caminando a la par de lo que progresamos, que es lo que no se está haciendo. Y acá no se habla de un solo partido, es un conjunto general”.

El pragmatismo de Robles es lo que le ha servido a través de todos estos años, un método del cual ella se aferra para continuar avanzando: “Decidimos formar parte de la política para trabajar desde adentro y buscar soluciones para nuestra comunidad y nuestra familia. No venimos a buscar soluciones para una sola persona. Lo que me sirve a mí te sirve a vos. El avance es lento, pero venimos pisando fuerte.”

Actualidad trans

Robles asegura que en Salta hay 200 mujeres trans que se van reformulando. El último censo realizado es de 2007. “Estamos haciendo un censo sobre personas viviendo con VIH. Hace poquito hicimos un censo sobre la vida de la comunidad trans que está en Fundación Huesped. Ahora preparamos otro censo más para saber cómo te estás alimentando, cómo podemos seguir, porque se nos muere gente todos los días. O sea que nuestro trabajo es amplio”, dice.

Entre otras quejas, cuenta que en en los entrenamientos de Capacitación y Empleo algunas de sus compañeras trans son abusadas con los horarios.

Además, Mary cuenta que hay aproximadamente un 30% de chicas trans que son maltratadas por las fuerzas de seguridad, un gran avance teniendo en cuenta la situación de hace cuatro años apenas, cuando se llegaba a un 100%: “Hemos avanzado bastante. Ya no hay tanta agresión. Donde sí hay agresión es que nos asaltan los clientes: estás parada y te atacan con una baldoza, el 911 nunca está. Estamos desprotegidas como cualquiera de la sociedad. A veces el mismo cliente te termina asaltando. Estamos hablando de una precariedad muy grande para nuestras compañeras”.

Teniendo en cuenta esta actualidad y volviendo a la posible zona roja, Mary es contundente: “Yo como parte de esto no puedo comprometerme que quiero un espacio que puede ser indigno y degradante, además de una cueva de ladrones. Hay muchos factores que tienen que garantizar para que esto sea una realidad. Nadie quiere firmar, nadie se quiere comprometer.”