Hace calor, no hay agua ni mucho menos luz. En el hospital tienen que hacer malabares para obtener agua, mientras que la comunidad wichi de El Crespín pide que de una vez les coloquen los postes para así tener luz.
En el hospital de Tartagal están hasta las manos, una de las trabajadoras de la cocina que trabaja hace muchos años en la institución denunció los inconvenientes que genera la irregular prestación del servicio de agua mineral, la cual es necesaria tanto para cocinar como para el consumo regular de los pacientes. Se llegó a un punto tal del escaso servicio que el agua que reciben para el uso de los pacientes la transportan en un chulengo.
Por otra parte, desde la comunidad de El Crespín ya están hartos de la desidia por parte de las autoridades, su reclamo es porque hace bastante esperan contar con el servicio de electricidad. En una nota presentada a la intendencia de Tartagal y a la empresa Edesa por el cacique Cebino Simplicio, amenazan que de no darle una inmediata solución al viejo reclamo, tomarán medidas. El cacique manifestó que “desde hace años pedimos que nos den la luz, pero nadie hace nada, en la campaña política se lo pedimos a los que venían del Gobierno, todos dicen si, pero hasta ahora no tenemos luz”.
En la comunidad viven 12 familias de la etnia wichi y la necesidad de la electricidad se hace urgente con estas altas temperaturas en las que no es posible mantener varios alimentos a la intemperie y sin el funcionamiento de una heladera o también para contar con una bomba para abastecer a la comunidad de agua.