Despedidas del programa “Ellas Hacen” de la Universidad Nacional de la Matanza –Equipo Salta- denuncian persecución ideológica. “Consideramos altamente preocupante que la primera medida de ajuste se haga sobre los puestos de trabajo”, señalan.

“Nuestro trabajo también es el derecho de las mujeres del Ellas Hacen”, comienza el comunicado difundido por las despedidas del programa dependiente del Ministerio de Desarrollo de la Nación, en donde denuncian diversas irregularidades que caracterizaron su destitución. Reproducimos a continuación el texto firmado por 6 despedidos:

  • Denunciamos que la Universidad a partir de las nuevas directivas del Ministerio de Desarrollo Social, no nos notificó con anticipación y comunicó la inmediata desafectación de nuestras labores sin mediar notificación escrita ni comunicación directa sino a partir de intermediarios.
  • Desde la Universidad de la Matanza se niegan a brindarnos un fundamento sólido y concreto de las razones que llevaron a esta decisión tomada y alegándose solo la reducción presupuestaria y por ende de personal. Consideramos altamente preocupante que la primera medida de ajuste se haga sobre los puestos de trabajo.
  • Como explicaremos, nos parece una medida claramente DE PERSECUCIÓN IDEOLÓGICA:

El “Ellas Hacen” es un Programa nacional dependiente del Ministerio de Desarrollo Social que hasta el momento tenía como objetivo incluir a mujeres en contextos de vulnerabilidad económica y violencia de género. En Salta, el Programa cuenta con alrededor de 5000 mujeres sujetas de derechos. A través de la cooperativización, la terminalidad educativa y las capacitaciones en ámbitos no formales, pudimos ver que las cooperativistas se empoderaban como sujetas activas. Nuestros roles, desde nuestra formación como profesionales en las áreas económicas y comunicacionales, apuntaban principalmente a reforzar las actividades productivas y de esa manera desarrollar su condición material, permitiendo que las mujeres se independicen; además de construir participación comunitaria, realzar su autoestima y romper con ciclos de violencia.

Sin embargo, debemos mencionar que desde enero, se hizo explícito que la orientación del Programa sufrió un cambio de paradigma y objetivos, modificando así la intención real de colectivizar y empoderar. Esta política viró abruptamente hacia la FRAGMENTACIÓN SOCIAL. La perspectiva se asienta en este momento en el fomento de salidas individuales para resolver problemas colectivos y estructurales como la violencia de género, la pobreza y la exclusión, lo que le permite al Estado desentenderse y reducir personal. En este marco, las directrices de capacitación viraron de temáticas sobre “Género”, “Valores cooperativos”, “Participación ciudadana” y “Fortalecimiento de grupos” a áreas más técnicas e individualizadoras, dejando la resolución de conflictos sociales y económicos a la suerte de cada mujer.

Quienes fuimos excluidos del equipo de trabajo no compartimos esta perspectiva de fuerte corte neoliberal que caracteriza a la nueva gestión del Ministerio de Desarrollo Social. Nuestra marcada formación social lo refleja y lo hemos manifestado en varias ocasiones por lo que consideramos que es una causal de nuestra separación del equipo es ideológica.

Estos despidos significan que las cooperativas no podrán recibir asistencia técnica, capacitaciones y acompañamiento en sus proyectos productivos, ya que la cantidad de mujeres que forman parte del Programa en Salta, es exacerbadamente mayor en relación a la capacidad de atención de los 9 técnicos que conservaron su trabajo y que se encargarían de monitorear la concurrencia de las mismas a los establecimientos educativos y de capacitación.

Por otro lado, queremos también denunciar que no hemos percibido nuestros honorarios de marzo, y que todos los pagos incluyendo el mes de diciembre se sucedieron con más de un mes de demora. La flexibilización laboral a través de la cual fuimos contratados (como monotributistas) nos excluye de acceder por vías institucionales a reclamar derechos como una indemnización por despido sin justa causa, una debida notificación anticipada e imposibilidad de despedir a una compañera embarazada.

Responsabilizamos de esta situación al Ministerio de Desarrollo Social y solicitamos la difusión de nuestra situación que constituye 6 casos más de los 141.000 despedidos de la gestión de Mauricio Macri.