Aunque las polémicas en torno a la re estatizada YPF continúan, el balance 2014 de la empresa estatal arroja que las reservas comprobadas crecieron 11,9 % en el 2014 representando un récord histórico. Las mejoras son producto de una inversión de casi 60 mil millones de pesos. La utilidad neta creció 58,5 según el último balance.

Esos datos fueron difundidos por la empresa controlada por el Estado que informó que la producción de hidrocarburos por parte de YPF aumentó en relación al 2013 un 13,6% y que las reservas durante ese año crecieron 11,9%, un record histórico, por encima del 10,6 de 2013 en relación con 2012. Esas mejoras respondieron a una inversión de casi 60 mil millones de pesos, casi el doble de 2013, al tiempo que la gestión ordenada y los aumentos concedidos a los combustibles en el mercado interno permitieron que la utilidad neta creciera un 58,5 por ciento en la comparación interanual.

“Estamos contentos por los resultados obtenidos. Ha sido un año exitoso. La transformación de la compañía se afianzó, lo que se ve en el crecimiento de las reservas y en los resultados financieros”, indicó a la prensa el titular de la empresa Miguel Galuccio que también destacó la mejora en las reservas comprobadas a la que calificó como un “hito”. “Tengo muchos años en la industria y es la primera vez que se logra esto, es el avance más importante desde la privatización de la empresa”, indicó.

Otros datos importantes al respecto son los siguientes: en 2014 fueron perforados 908 pozos por parte de YPF, de los cuales 255 corresponden a formaciones no convencionales: 173 en Loma Campana, 44 en Segmento V de Loma La Lata (Lajas), 29 en Rincón del Mangrullo y 9 en El Orejano. El incremento de la explotación provino principalmente de la cuenca neuquina, en donde se destacó la producción de tight gas proveniente de la formación Lajas.

En total, la producción de hidrocarburos fue un 13,5% superior a la de 2013. El crudo creció 5,3%; el gas lo hizo en un 25,1%. Desde YPF destacaron el rendimiento de la explotación en conjunto con Chevron en Loma Campana y el proyecto de inversión con la petroquímica Dow Chemical, “que arroja un nuevo futuro para el shale gas en el país”.

En el segmento downstream, que abarca al sector de la refinación, YPF informó que la demanda de naftas y gasoil creció 1 y 4%, respectivamente, lo que llevó la utilización de las refinerías durante el año pasado hasta un 91%, un 4,3 por arriba de la marca del año anterior, alcanzada a partir de la recuperación de las instalaciones de La Plata luego del accidente de abril de 2013. En naftas, YPF cerró el año con una participación de mercado del 59 por ciento. Específicamente, en el segmento premium, en donde YPF lanzó su nueva nafta Infinia, el “market share” de la petrolera nacional es del 73 por ciento.

Uno de los giros centrales en la estrategia de la empresa a partir de la nacionalización derivada de la expropiación del 51% en manos de Repsol es la política de inversiones. El año pasado, la inversión total llegó a 58.881 millones de pesos, una suba del 97,3% frente a 2013. Fueron destinados 49.081 millones al segmento de upstream, lo que implica un avance del 115,3%, mientras que en downstream el incremento fue de 71,1%, hasta los 8392 millones.

La utilidad neta en 2014 fue de 9002 millones de pesos, un 58,5 superior a la del año 2013, a partir de ingresos por 141.942 millones por mayores ventas de gasoil, naftas y gas natural. Medido en dólares, lo que descuenta el efecto del tipo de cambio y la inflación, el beneficio antes de intereses, impuestos, depreciaciones y amortizaciones terminó en 5128 millones de dólares, un incremento anual del 16,8%.

Otro indicador relevante es el “índice de reemplazo de reservas”, que refleja la relación entre los hidrocarburos que se extraen y la incorporación de nuevas reservas. Cuando es mayor a 100, implica que se incorporaron más reservas de las que se produjeron. En 2014, ese número cerro para YPF en 163 por ciento, lo que denota sustentabilidad económica en la estrategia de inversión y producción de la firma.

Uno de los factores que generan ruido en el horizonte petrolero es la fuerte baja en el precio del crudo, de 106,90 dólares el barril el 16 de junio del año pasado a los actuales 48,17 dólares. En la medida en que la explotación de los yacimientos no convencionales es más costosa que el negocio tradicional, la caída de la rentabilidad esperada podría frenar el desarrollo de esos proyectos. Ayer Galuccio consideró que “el actual precio internacional no vino para quedarse. Creo que con la caída de actividad que hay en al mundo, los precios se van a reacomodar. Para nosotros, como país, como empresa, sería un error enorme discontinuar el proceso que hemos empezado, lo que implicaría despedir gente, sacar equipos de perforación, volver a foja cero en la curva de aprendizaje. Tengo la visión de que esto es transitorio”.