#NuevosMachos era el hashtag que el noticiero de Canal 13, “Arriba Argentinos”, proponía el pasado lunes. A ellos les preguntaban: “¿En qué considerás que sos nuevo macho?”. Y a ellas les pedían que respondan: “¿Te gustan los nuevos machos?”. ¿Cómo opera la complicidad mediática con la violencia de género?

Esta propuesta estuvo guiada por una serie de entrevistas, imágenes y discursos que livianamente y por momentos de manera pretendidamente humorística, intentaban ubicar a los hombres (heterosexuales y seguramente, blancos, apuestos y de buena posición económica) como víctimas de la presión social de responder a ciertos estándares de belleza.

Compartimos parte de la nota publicada en Notas:

Como era de esperarse, lo que se intentaba pasar por gracioso era todo lo relacionado a la “feminización” de estos “nuevos machos” que hoy en día quieren maquillarse, ponerse cremas, ir al gimnasio, es fin, “hacer cosas de mujeres”. Así lo planteaba el “Coco” Syli entrevistado por Marcelo Bonelli y presentado por este último como “el eslabón perdido”. “El macho tradicional” que viene a enseñar cómo tiene que ser un hombre hecho y derecho, porque “esa competencia por el cuidado personal y la belleza” también es algo “de mujeres”. Del otro lado, aparecía el discurso supuestamente amigable que venía a poner al descubierto cómo los hombres hoy en día son víctimas de una competencia que los presiona a intervenir su cuerpo de diferentes modos para mantener una imagen “bella” en sus lugares de trabajo y frente al espejo.

 

Pero no vayamos a creer que todo es una cuestión de estética. También se dijo que los “nuevos machos” son los que hacen todas estas cosas para “acompañar a sus mujeres en sus actividades”, porque las actividades “de mujeres” tienen que ver con lo físico y lo estético. Pero además, resulta que los “nuevos machos” lavan los platos y planchan la ropa, también para “acompañar a sus mujeres” en esas tareas. Son entonces unos verdaderos héroes que tienen la capacidad de hacer lo que no les corresponde por ley divina o de la naturaleza.

 

Así es que, con las frases hechas de un médico esteticista, con la palabra legítima de un psicólogo, del simpático Coco Syli, y de los conductores de los programas se van mezclando todas las ideas con un objetivo más que claro: instalar una confusión acerca de los roles que la sociedad nos asigna, sobre lo que llamamos violencia de género y cómo hacer caso omiso de ella, victimizando a los hombres heterosexuales como si su nivel de opresión social fuera el mismo que el de las mujeres, lesbianas, travestis y homosexuales.

 

En manos de machos viejos y nuevos, los femicidios a la orden del día

 

El domingo, el femicida Daniel Salazar se llevaba la vida de Lorena Arias, su madre y su tía y violentaba a sus dos pequeños de siete meses y de 11 años, que hoy están internados en grave estado. Pero el lunes en Arriba Argentinos hablaban de los “nuevos machos”. Y más tarde en TN la cobertura del caso estuvo centrada en “investigar” el perfil del Facebook del femicida.

 

Transmitían como algo “sorprendente” el hecho de que no se observaba nada “oculto o extraño” en la personalidad que el hombre mostraba en las redes sociales. ¿Qué buscaban? ¿Una frase en la que el asesino se definiera como un monstruo o como un loco? Y si así fuera, ¿tendrían permiso de poner en duda la violencia de género, lo que claramente fue un triple femicidio?

 

Al igual que en el debate sobre los “nuevos machos”, nuevamente se trata de la construcción de un discurso que busca frenar el avance de la información sobre la procedencia y reproducción de las formas de violencia que padecemos las mujeres. Quieren crear confusiones.

 

Ello se refuerza si consideramos la entrevista que TN le realizó a otro “experto y renombrado” psicólogo que se encargó muy bien de hacer un constante hincapié en la posibilidad de un “trastorno mental temporal” del asesino de Lorena, por lo que “habría que ver qué lo provocó”. La respuesta del “experto” frente a una última pregunta, acerca de qué opina de la cantidad de casos de femicidios y de la violencia de géneros, es elocuente: “Hay que ver, cada caso es peculiar, algunos son patológicos, otros por celopatías, otros por venganza…”

 

Todos los recursos de un medio de comunicación de masas destinados a la desinformación y la falta de compromiso, sin consultar (a propósito, por supuesto) a nadie que pueda brindar información real y concreta sobre el asunto en cuestión.

 

Medios cómplices

Toda esta construcción no es casual y tiene que ver con que el poder mediático, del cual disponen los poderes económico y político, es cómplice de la violencia de género y juntos buscan imponer sus límites al avance de los derechos de las mujeres.

El avance del movimiento de mujeres en los últimos años ha logrado poner sobre la mesa una serie de cuestionamientos al orden social machista, que van más allá de las tristes y más graves consecuencias que éste acarrea. Los medios masivos se esfuerzan por realizar un tratamiento exclusivo sobre las muertes. A su vez, presentan cada caso como un acontecimiento “aislado” que también tuvo causas “particulares”.

 

El movimiento de mujeres busca (y está logrando) demostrar las relaciones existentes entre tantas muertes y entre todas las formas de violencia que las sostienen y las avalan, incluyendo las de los medios. Que desde el discurso de los medios hegemónicos intenten nuevos retrocesos demuestra todo lo que efectivamente se ha avanzado.

 

Fuente @maridifran Notas. org