Así como López Rega pretendía depurar al peronismo de infiltrados marxistas en los 70; cierta ultraizquierda falopa quiere depurar al campo popular de infiltrados burgueses. En La Plata, los revolucionarios químicamente puros quemaron un muñeco de Hebe de Bonafini.

López Rega lo hizo a los tiros; la ultraizquierda anti K nucleada en la denominada Multisectorial de Beriso, La Plata y Ensenada, lo hicieron quemando figuras de personas como Hebe de Bonafini que a pesar del fragor de los debates que su persona y sus posicionamiento políticos pueda generar, es figura central de la política de Derechos Humanos en los últimos 45 años de este país.

Sus inicios, incluso, se dieron cuando la mayoría del trotskismo (fuerzas presentes en el acto de ayer) se solidarizaba con los caídos de ayer pero los consideraba apegados a una estrategia de lucha armada a la que calificaban de aventurerismo pequeño burgués y clasemediero; o mientras los políticos profesionales y medios de prensa que hoy celebran los ataques a Bonafini se escondieron en las heladeras para salir de ella sólo cuando la noche empezaba a terminar y descubrían que podía ocupar el vacío que el asesinato de los hijos de Hebe Bonafini había dejado. Vacío que ocuparon para, entre otras cosas, para disculpar a los asesinos difundiendo teorías como la de los dos demonios según la cual la furia asesina de los milicos se explicaba por la supuesta violencia irracional de los subversivos a los que asemejaban a los propios torturadores, apropiadores de niños, asesinos, ladrones y desaparecedores. Políticos tradicionales e “izquierda racional” que ni siquiera estuvieron a la altura de políticos uruguayos, chilenos o “guerrilleros argentinos” que se pusieron al hombro las denuncias por los crímenes de sus respectivas dictaduras y que tuvieron en las propias Madres como Hebe Bonafini un actor principal.

Las Madres reaccionaron ante la quema de esa figura como saben: convocando a un repudio a ese acto con una concentración en la Plaza de Mayo; y con un razonamiento de desgarradora lucidez: «Nos repugna que tengan hacia las Madres el mismo odio que nos tiene la derecha y que sean capaces de hacer lo que hicieron aquellos que alguna vez tuvieron el coraje de llamarse compañeros de nuestros hijos, los 30.000 revolucionarios».

Los trotskistas partidos del PTS y el PO se despegaron rápidamente del hecho que ocurrió en la marcha por la Memoria de la que sí habían participaron. Los primeros dijeron “yo no fui” y aclararon que todo ocurrió mientras la marcha se desconcentraba; los segundos tuvieron como vocero a Néstor Pitrola que dijo que «en la Multisectorial hay sectores de todo orden, de todo tipo y pelaje. Hay grupos de Derechos Humanos, de inundados. Un grupo de derechos humanos de la Multisectorial tomó esta idea pero no formó parte ni el Partido Obrero ni ninguna organización de izquierda”.

Las camarillas de izquierda a la que hizo referencia Pitrola al hablar de los integrantes de La Multisectorial son el PTS, el Partido Obrero, Correpi, la Federación Universitaria de la Plata, Hijos La Plata, Patria Grande, María Laura Bretal, Susana Grau y los organismos de derechos humanos y organizaciones sociales, políticas y estudiantiles nucleados en la Multisectorial La Plata, Berisso y Ensenada.