Poca creación de empleo en blanco y pérdida de empleos en negro. La oferta de trabajo sigue estancada cuando el país necesita crear 200.000 puestos por año.

Por la cantidad de jóvenes que año a año por primera vez salen a buscar trabajo y se incorporan al mercado laboral, la economía argentina necesita crear 200.000 puestos de trabajo por año para que no aumente el desempleo. Y para reducir un punto por año la tasa de desocupación, la creación anual de empleo deberá estar en torno a 400.000 puestos. Pero que el mercado laboral muestre ese dinamismo será difícil de alcanzar si la economía no crece, al menos, al 4% anual en forma sostenida, de acuerdo a los cálculos de Lorenzo Sigaut Gravina de la consultora Ecolatina.

Así la falta de empleos nuevos es una de las razones por las que, en el primer trimestre de este año, el desempleo se ubicó en el 9,2% y alcanzó a 1.700.000 desocupados. Las cifras oficiales marcan que el empleo formal total, que incluye a 12 millones de personas, recién en marzo pasado recuperó los niveles de fines de 2015 mientras los empleos informales se mantienen por debajo y más gente salió a buscar trabajo.

La consultora LCG estimó que “corrigiendo el dato de desempleo del IV Trimestre de 2016 por el efecto estacional, la desocupación en el primer trimestre habría registrado un aumento de 1,2 puntos, de 8 a 9,2%”. El informe agrega que “este aumento del desempleo obedeció tanto a la destrucción neta de empleo –124.000 puestos de trabajo—como a la mayor cantidad de personas – 81.000– que ingresaron al mercado laboral esperando conseguir un empleo”. Y la comparación de estos números con los del Ministerio de Trabajo “implicaría suponer que la destrucción de empleo informal es la principal responsable del aumento del desempleo”.

En la misma línea la consultora ACM calculó, también tomando en cuenta las diferencias estacionales, que “el deterioro de la tasa de desempleo fue explicado por la contracción del empleo en un 80% aproximadamente, mientras que el 20% restante fue inducido por el incremento de la tasa de actividad” (más gente que sale a buscar trabajo).

Todos estos datos ayudan a explicar, como surge del último informe del Observatorio Social de la UCA (Universidad Católica Argentina) que el mayor desempleo viene concentrándose en los jóvenes menores de 34 años y las mujeres.

Esta semana el INDEC dará a conocer cifras desagregadas de desempleo que volverán a mostrar que el desempleo entre los jóvenes duplica la tasa promedio y es mayor entre las mujeres que entre los varones.

Agustín Salvia, director del Observatorio, dijo que “el empeoramiento de la situación del empleo urbano en la Argentina no es nueva, sin embargo, tampoco dejó de agravarse durante el último año. Desde 2011 hasta la fecha, en el marco una alta inestabilidad económica con muy bajo nivel de inversión, vino ocurriendo una caída en la demanda de empleo pleno -de calidad y productivo-, la cual sin duda se agravó como efecto de la retracción del consumo interno. En este contexto, fueron justamente los jóvenes, las mujeres y los segmentos menos calificados y más marginales del empleo los más afectados. Son estos sectores los que tienen menos acceso a oportunidades de empleo estable y más necesidades económicas en un contexto recesivo”.

Salvia dice que “se trata de un problema estructural que sin duda se agrava con las crisis económicas o recesiones a nivel del mercado interno, a la vez que el mero crecimiento basado exclusivamente en el mayor consumo interno no logra resolver el problema de fondo: la baja capacidad productiva que tiene el capitalismo argentino para brindar empleo, mejorar las condiciones de trabajo y aumentar los ingresos reales de los trabajadores ocupados en la economía social o abiertamente desocupados”.

Fuente: Clarín