El CIPPEC realizó un informe en el que se revela que el 27 por ciento de los chicos argentinos menores de cuatro años viven en hogares pobres. Los datos fueron tomados del INDEC y corresponden al segundo semestre del 2013. 

Un informe del Centro de Implementación de Políticas Púbicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC) elaborado en base a datos del INDEC de la segunda parte del 2013, revela que un millón de chicos de menos de 4 años, equivalente al 27,3% del total, vive en hogares pobres; mientras que  el 34,1% de los niños entre 6 meses y 2 años, casi 700.000 chicos, tiene anemia.

El Informe del CIPPEC agrega que “el 46% de los niños de hasta 6 meses no reciben lactancia materna exclusiva a pesar de estar ampliamente recomendado. Además, el 30,5% de las mujeres embarazadas y el 34,1% de los niños entre 6 meses y 2 años tienen anemia. Por otro lado, entre los niños de 6 meses y 5 años, el 8% tiene baja talla y el 10,4% padece obesidad. La anemia y otras enfermedades tiene mayor presencia en los hogares de más bajo nivel socioeconómico, y son la expresión de múltiples carencias, como el estrés crónico, ambientes contaminados o sin servicios de agua y saneamiento o infecciones repetidas”. Además, sólo el 32% de los niños menores de 4 años acceden a servicios educativos y de cuidado. Entre los niños de 45 días y 2 años la cobertura es de apenas el 11%.

La información fue difundida este viernes en el diario Clarín. Agrega que los mismos indicadores en base a datos alternativos a los oficiales arrojan niveles de pobreza infantil muy superiores. “Por ejemplo, según el Barómetro de la Deuda Social de la Infancia de la UCA (Universidad Católica Argentina) la pobreza entre los niños de menos de 4 años ascendió en 2013 al 36,3%. Sumarían 1.260.000 niños pobres”, explica el artículo.

La nota agrega que tanto las cifras del CIPPEC como los del Barómetro de la UCA toman en cuenta que la mayoría de esas familias reciben ayudas sociales como la Asignación Universal por Hijo (AUH) u otras transferencias en dinero o alimentos. Aun así, que entre un millón y 1.260.000 chicos vivan y desarrollen la primera infancia en hogares con carencias, entre otros, en nutrición, salud, alimentos y hacinamiento “tiene un fuerte impacto sobre el desarrollo emocional, físico e intelectual de las personas. Evidencias recientes muestran que muchos problemas posteriores de la niñez, juventud y adultez, desde el fracaso escolar y una inserción laboral precaria, hasta enfermedades diversas, tienen su raíz en los primeros años de vida. Lo que sucede en la primera infancia dura para siempre”, le dijo al diario porteño la Coordinadora del Programa de Protección Social del CIPPEC, Gala Díaz Langou.

Estos datos, prosiguió Díaz Langou, evidencian “la necesidad de replantear las estrategias nutricionales aplicadas por los distintos programas públicos, por ejemplo, en materia de educación alimentaria”.

A modo de conclusión, Diaz Langou señala en el artículo de Clarín que entre 0 y 4 años es “una franja etaria fundamental para el futuro del país, más aún si se considera que la pobreza en la Argentina está infantilizada. Las condiciones de vida precarias atentan contra el buen desarrollo de los más pequeños y suponen una hipoteca inadmisible. Es necesario contar con políticas públicas que limiten la transmisión intergeneracional de la pobreza y sienten las bases para una sociedad más integrada”.