Cecilia Merchán, Victoria Liendro y Andrea Sztychmasjter brindaron una conferencia sobre las distintas problemáticas de género. El evento, ante una sala repleta, fue organizado por el Ateneo Arturo Jaurtche y abordó la historia del feminismo, sus logros y las consignas a tratar en el futuro.

 En el Centro Argentino se realizó este viernes una charla que tuvo como protagonistas a tres referentes de la lucha de género que encaran la problemática desde distintos ángulos y contribuyen al crecimiento sostenido que se viene dando desde los últimos diez años en nuestro país. Cecilia Merchán, coordinadora del Comité de Lucha contra la Trata de Personas de la Nación; Victoria Liendro, Directora General de la Diversidad de la Municipalidad de Salta; y la periodista Andrea Sztychmasjter brindaron sus puntos de vista ante una sala repleta, en un evento organizado por el Ateneo Arturo Jauretche.

 Comenzó Sztychmasjter, una de las primeras egresadas en la carrera de Comunicación de la UNSa. Desde 2012 trabaja en Cuarto Poder. Desde entonces, sus notas sobre género son de las más leídas en la provincia. Comenzó su charla brindando palabras que sonaron más fuerte que cualquier teoría: dijo que en Salta, en el último año, se cometieron 21 femicidios, una de las tasas más altas del país. Agregó que a pesar de los avances que se perciben en la difusión de la lucha por la igualdad de género, aún existen micromachismos, comportamientos, prejuicios y costumbres que hombres y mujeres poseen quizás sin notarlo, un machismo arraigado en la sociedad que también afecta. Además, habló sobre la violencia mediática y cómo periodistas y medios abordan esta problemática.

 Sztychmasjter realizó un apartado para hablar de la Comisión de Familiares Contra la Impunidad, que marchan todos los viernes alrededor de la plaza 9 de Julio desde hace cuatro años sin gozar de mucho apoyo popular. Aseguró que en esa comisión hay más de 100 casos impunes y  familias de víctimas de violencia de género, femicidios y de mujeres que continúan desaparecidas y que es hora de que Salta acompañe esa protesta, algo que hasta el momento, ha ocurrido en cuentagotas.

 Por su parte, Liendro consideró al año 2003, el de la llegada del kirchnerismo, como una bisagra en la lucha de género y de los derechos humanos en general en nuestro país. Aseguró que se avanzó en los derechos LGBT y se pudo integrar al colectivo trans a la discusión. Sin embargo, expresó que la sexualidad sigue siendo un tema tabú para el poder. Agregó que el próximo debate que la Argentina se debe es el de la libertad en el cuerpo, que implica tratar el tema del aborto.

 Merchán tomó la palabra entonces y realizó la disertación más extensa. Descartó el micrófono y se paró al frente del público, aprovechando su chispa cordobesa y toda la experiencia que obtuvo trabajando en teatro. Abrió su charla diciendo que hoy el tema de la violencia de género es parte de la discusión política. Con treinta años de militancia, realizó un repaso de los distintos períodos de la lucha feminista. Desde que era un asunto muy poco tenido en cuenta, inclusive por los militantes más comprometidos, hasta que el asunto comenzó a mezclarse en la agenda, cuando los jóvenes de los noventa empezaron a interactuar con las feministas duras de los ochenta. Marcó como un punto clave el año 2001, cuando llegó la feminización de la pobreza de la mano de la crisis. Cuando la educación, la salud y otras actividades hasta entonces domésticas se volvieron colectivas para poder afrontar ese fatídico comienzo de siglo. En comedores, casas populares, lugares de trueque y otros, la temática de género fue apareciendo en charlas cotidianas. Hasta las más feministas notaban que ese mal carácter que tenían sus esposos o ex novios era en realidad lisa y llana violencia, y que había que hacer algo para detenerla.

 Esa experiencia límite entre la crisis, la pobreza y el choque con la realidad creó las bases para los logros de hoy. Merchán aseguró que eso fue así porque las ideas políticas que trascienden no las dictan los expertos, los intelectuales, sino que aparecen con consenso popular. Luego expresó que es hora de reflexionar sobre los logros obtenidos. Y que un debate que se debe tener es el de la desigualdad económica entre el hombre y la mujer, que sigue existiendo. Criticó los concursos de belleza, tan arraigados en nuestra sociedad, como otra forma de cosificación, volver objeto el cuerpo femenino, imponer cánones de belleza. Habló de la soberanía de los cuerpos. Y reconoció que las madres y maestras reproducen sistemáticamente el patriarcado. Dijo que el enemigo está adentro nuestro. Habló de estereotipos marcados y aun así no dejó de destacar el avance increíble de esta década, que se dio peleando e instalando la problemática.

 Como ejemplo, habló de que en sólo dos años se dio un cambio rotundo: fue entre el 2010 y el 2012, cuando, después de un duro debate se consiguió hacer ley el matrimonio igualitario. Hasta entonces, las adhesiones a las problemáticas de género eran casi nulas. Después de ese triunfo, todo fue un poco más accesible.

 Luego llegó el turno de las preguntas, que rondaron en la puja política, un balance de los últimos diez años, incluyendo las asignaciones universales y el matrimonio igualitario (iniciativas de las que Merchán participó como diputada nacional por Córdoba) además de la proyección de los desafíos que siguen. También se habló del Parlasur (Merchán es candidata a integrarlo) y la posibilidad de llevar las discusiones de género al ámbito sudamericano. Para el final, Merchán se guardó una opinión sobre el gobernador salteño Juan Manuel Urtubey. No se la vio muy convencida cuando se le preguntó si el mandatario recién reelecto era un verdadero ejemplo de políticas de género.