Alexandra Kollontai fue una de las defensoras del Amor Libre, señaló que “No parece fácil que una sola persona pueda satisfacer la rica y multiforme capacidad de amar que late en cada ser humano”.

Alexandra invitaba a las mujeres a consumir la sexualidad como un vaso de agua, quebrando así con las viejas relaciones sexuales que eternizaban la opresión de la mujer.

Según su análisis, el amor ha surgido del instinto biológico de la reproducción, pero a través de la vida social y cultural se ha espiritualizado para convertirse en un complejo estado emocional.

Todo tipo de unión por amor era válido, a excepción del que podía poner en peligro la salud y la prostitución.

Criticaba el derecho de propiedad no sólo sobre el cuerpo, sino también acerca del alma del compañero, la costumbre de “dominar” al ser amado o bien de hacerse su esclavo”. Alexandra defiende la unión libre entre dos personas.

Esta unión se debe basar en el mutuo respeto a la individualidad y la libertad del otro y por tanto rechaza  la subordinación de la mujer dentro de la pareja y  la hipocresía de la doble moral. Para ella los seres humanos viven aislados en una sociedad donde las opciones de una vida libre para las mujeres son tan limitadas que  la soledad moral en la que viven hace que éstas se  aferren con enfermizo apego al hombre.

Kollontai  propone una sociedad basada en la solidaridad, el compañerismo y la igualdad de sexos, donde una Mujer Nueva inicie una auténtica revolución sexual donde no se acepte la subordinación a los valores, deseos, conceptos y hábitos de los varones que siguen dominados por una cultura patriarcal que ha fomentado durante siglos hábitos de autosatisfacción y egoísmo, y entre estos, el de someter el “yo” de la mujer.

El conjunto de su obra, sus numerosos artículos y discursos, con su lucidez y coherencia, representa aún hoy en día un manifiesto original para una historia de la liberación femenina. Entre sus trabajos destacan: La mujer ante el desarrollo social (1909); Sociedad y maternidad, de 1916; La nueva moral y la clase obrera, de 1918; y Autobiografía de una comunista sexualmente emancipada (1926).

Sin embargo todo este esfuerzo, que  gracias a mujeres como Alexandra Kollontai, consiguió poner las bases para el surgimiento de la mujer nueva en toda Rusia fue malogrado cuando llegó al poder Stalin.

Fuente: Mujericolas