Un detenido murió en una comisaría. La policía dice que fue por causas naturales, la familia denuncia apremios ilegales.

La historia tantas veces repetida y nunca aprendida en Salta, parece un karma de los gobiernos autoritarios. Otra vez un detenido murió dentro de una comisaría. Otra vez en la seccional 20 de Orán.

Como siempre ocurre en estos casos, la policía dice que murió por causas naturales, pero los familiares del fallecido dicen que murió a golpes policiales. Según el relato oficial se investigará “hasta las últimas consecuencias” el accionar de cuatro policías que estuvieron de guardia entre el sábado y el domingo, cuando se produjo la muerte del hombre detenido.

Eusebio Cardozo, mayor de edad, murió el domingo en la seccional policial, mientras estaba detenido por tenencia de droga para comercialización, aunque no se informó cual era la cantidad de droga por la cual fue detenido por la mejor policía del país.

De acuerdo a lo que se conoció, Cardozo padecía epilepsia hace un año, y según la policía la epilepsia se vuelve mortal cuando se está detenido. La versión policial dice que el domingo a las 18,15 un “ataque de epilepsia le habría provocado la muerte”. Los familiares de Cardozo, señalaron que denunciarán a la policía por apremios ilegales, ya que entienden fue golpeado en su lugar de detención.

La policía dice que los golpes que tiene el detenido fueron producidos porque se cayó al piso. Una historia repetidísima. El abogado David Leiva representa a los familiares, quienes desmienten la versión de la policía de la comisaría 20.

Cabe destacar que la comisaría 20 de Orán fue el lugar donde adolescentes detenidos murieron carbonizados, luego que un feroz incendio –aparentemente intencional- los encontrara en sus calabozos. También vale recordar que el romerismo tuvo que crear las alcaidías en el territorio salteño para evitar que las personas detenidas queden bajo custodia policial. La medida la tomó el gobierno anterior ante la muerte de un detenido en la seccional 2 de la Capital, cuando esta misma policía brava también dijo que se había caído, pese al hundimiento de cráneo que le dejó la bota policial en la frente. Ya en el caso de las turistas francesas las detenciones en comisarías y en la brigada de investigaciones de la capital dejaron largas denuncias por torturas. Va siendo momento para que la fotogénica Ministro de Derechos Humanos se entere que tiene trabajo pendiente.