En Buenos Aires un sujeto ostenta un extraño récord: dice ser la persona que más veces ha sido detenida por averiguación de antecedentes penales. “Ser negro ayuda”, dijo orgulloso.

Es de público conocimiento que en algunas ocasiones el método de sospecha desplegado por las fuerzas del orden no es del todo correcto. Muchas veces terminan pagando santos por pecadores. O en este caso perejiles por pungas.

El caso de Evaristo Canepa (33), oriundo de La Rioja, pero radicado hace 20 años en la capital porteña puede ser un tanto extremo, o como lo han definido especialistas en la perejilada: “se trata de un pelotudo importante”.

Según Canepa, con lo sucedido el último fin de semana ya van 24 veces que lo detienen por lo que en la jerga callejera se denomina “portación de rostro”, lo que significa que el hombre siempre cobra ante la presencia de la ley.

“No quiero asegurar que la policía hace mal su trabajo, pero pasa que cada vez que voy caminando por la calle, parece que lo hago con actitud sospechosa”, dijo a El Polichombi el masculino que además ha decidido postularse para el afamado libro de los récords Guinness, esa publicación llena de proezas boludas.

“Algunos oficiales ya me conocen, por eso creo que a veces me detienen por gana de molestar nomás”, comentó entre risas. “Creo en la ley y en el sistema judicial, por eso no me quejo, los malos deben estar tras las rejas”, aseveró luego de salir de su última sesión de averiguación.

El caso de Canepa comprueba lo que el sociólogo y arquero retirado Rolando Fabian Barthez dijo una vez en su libro Gol de taco vale doble: “Hay cada gil, mamita”.