En un pueblo al norte de Perú un avión estalló en pleno vuelo, llevaba un cargamento pesado y repleto de droga. Cientos de kilos cayeron del cielo. Nadie sabe los motivos de la explosión.

Algunos aseguran que el total superaba la tonelada de cocaína que se dirigía sin escalas a las narices de millones de yanquis que pagan sin chistar por el oro blanco. Lo cierto es que hasta ahora el hermetismo por parte del gobierno peruano hace dificultoso el conocimiento de los detalles de este extraño suceso.

El fin de semana pasado, el domingo para ser más precisos, en el cielo de Huarango se escuchó el motor de un avión que pasaba, luego una explosión y después todo se llenó de una especie de tormenta de arena, pero en realidad era la merca que transportaban (según rumorean en los pasillos informales de la información) en un avión perteneciente al propio gobierno.

Lo cierto es que los habitantes de aquel lugar quedaron de un momento a otro rodeados de una lluvia de una peligrosidad que no se tuvo en cuenta, puesto que lo que en un principio se pensó era leche en polvo terminó dejando duro a más de uno que se puso a probarla.

“Los techos, las calles, los autos, la gente que estaba fuera de su casa, todos terminamos cubiertos por el polvo, hasta algunos lo probaban pensando que era azúcar, pero no, no era azúcar”, comentó vía Skype nuestra fuente peruana.

No se registraron mayores daños, tampoco se supo de los restos de la aeronave puesto que en las horas siguientes al accidente llegaron enviados militares para hacerse cargo de la limpieza. “Era una fiesta para las narices”, comentó para finalizar nuestra fuente.