A días del fin de su condena, Barreda apareció abandonado en un hospital. El famoso odontólogo asesino se presentó con otro nombre en un hospital y dijo que no tenía dónde ir. Afirman que trató mal a una enfermera y luego se retiró. Lucía muy desmejorado.

Una semana después de que se conociese la noticia sobre la extinción de su condena, el odontólogo Ricardo Barreda volvió a ser noticia: bajo otro nombre y con un aspecto notoriamente desmejorado, apareció en estado de abandono en un hospital de Tigre.

Fue identificado luego de un pedido solidario que una vecina de Tigre compartió en su perfil de Facebook, en el que se veía una foto de un hombre de características similares al múltiple homicida platense, pero se lo vinculaba a un nombre completamente distinto.

«Amigos, este señor abuelo, está en el hospital. No sé cuánto hace. Se llama Alberto Navarro. Dice que no tiene parientes. Pero yo creo que sí. Ahora me pregunto, cómo pueden abandonarlo a su suerte. Si usted lo conoce y conoce a su familia, está en el hospital de Pacheco», publicó el martes Laura Cesetti en su perfil de Facebook.

La publicación de la vecina de Pachehco en la que pide ayuda para un abuelo abandonado. Resultó ser Ricardo Barreda.

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El post mereció unos pocos «Me gusta», un usuario aseguró que lo entristecía y fue compartido por 5.200 de sus contactos. Ninguno de ellos puso en duda la identidad del anciano.

Tras la difusión de la foto en la que se puede identificar al odontólogo, el sitio Big Bang News encontró a un testigo de la presencia de Barreda en el hospital de Pacheco. «Apareció en el hospital y dijo que no tenía dónde ir. Tenía un problema en la próstata. Dijo que su familia lo había abandonado. Trató mal a una enfermera y quiso quedarse a dormir. Alguien le preguntó si era Barreda y dijo que se llamaba Alberto Navarro. Al rato se fue, apenas podía caminar, tenía los pantalones bajos», dijo la fuente.

Barreda mató a su mujer, a sus dos hijas y a su suegra el 15 de noviembre de 1992 en su casa de La Plata. Fue condenado a la pena de reclusión perpetua. En 2008 fue beneficiado con el régimen de prisión domiciliaria porque había cumplido 70 años, pero unos años más tarde la Justicia decidió que constituía un peligro y volvió a encarcelarlo.

En diciembre de 2015 obtuvo la libertad condicional y fijó su domicilio en la casa de un amigo del barrio Los Troncos del Talar, en el partido de Tigre, que queda muy cerca del hospital de Pacheco. El viernes pasado se conoció la noticia de que el juez Raúl Dalto declaró cumplida la pena. Desde entonces Barreda es un hombre libre.

Fuente: Clarín