El Festival Internacional de Cine sobre Diversidad Sexual Asterisco llega a Salta. Dos películas y un corto serán proyectados en El Teatrino el viernes 12 y sábado 13 de diciembre. Entrada gratuita. 

En el marco de las acciones en promoción de derechos que llevan adelante las organizaciones sociales que conforman la Mesa Provincial de la Diversidad, y con el auspicio de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, el INCAA, el INADI, el Ministerio y la Secretaría de Derechos Humanos de la Provincia, y la Municipalidad de la Ciudad de Salta; se presentarán de forma gratuita en la nueva sede de El Teatrino (Aniceto Latorre 1211 esquina Alvear),  algunos de los films que formaron parte de la programación oficial del primer Festival Asterisco realizado en junio en la ciudad de Buenos Aires.

ASTERISCO es un festival internacional de cine sobre diversidad sexual que viene a celebrar las diversas y múltiples maneras de ser, de amar y de estar en el mundo; de relacionarse y formar familias, de convivir en equidad y respeto por las diferencias. Así fue definido este espacio por su directora artística y programadora, la realizadora Albertina Carri.

ASTERISCO, nombre del festival, es una declaración de principios: el * es una forma de incluir en el lenguaje a la diversidad, el uso del * para evitar las marcas de género es una estrategia que busca la inclusión de todas las identidades. Tod*s incluíd*s.

Para la presentación local del festival se seleccionaron el documental salteño “Tacos altos en el barro” de Rolando Pardo, el cortometraje “Baklava” de Karina Flomenbaum y el más reciente largometraje del director Marco Berger.

Programación:

Viernes 12/12

18.30 hs. “Baklava” (2013 – 14 min.)

Pequeñas delicias de la vida conyugal: Valentina y Clara cenan en un restaurante y repasan el presente de la pareja, incluso las cuentas pendientes. Eligen un menú de comida de Medio Oriente que tiene tentaciones propias como el baklava, almibarado postre que da título a este corto de sensualidad nocturna y casual. Hay una mirada justa entre la frustración de lo rutinario, la excitación espontánea y la dulzura que no empalaga, para retratar una anécdota cotidiana de una relación lésbica. Cierta sofisticada elegancia urbana es parte esencial de la seducción de esta secuencia de amor.

19 hs. “Tacos Altos en el Barro” (2013 – 80 min.)

Las protagonistas de este film son Wanda, Paola, Killy, Paloma, Daiana y Zaira, todas ellas pertenecientes a los pueblos originarios, todas ellas travestis que viven dentro de sus comunidades en el interior de la provincia de Salta. Guaraníes, tapiete, tupí-guaraní, chiriguano, chorote, churupí, chaní son pueblos que han quedado olvidados en nuestros manuales de historia oficial pero que, a pesar de esa postergación, reconocen con orgullo la riqueza multicultural y multilingüe con la que han sido amamantados, guiados y formados para resistir incluso a la amnesia de los órdenes dominantes.

En este entramado de identidades, el género está definido por la etnia, pero la irrupción de estas identidades de género que se reconocen como parte de los pueblos originarios vienen a encarnar otro modo de ser indígena: ellas definen y redefinen al pueblo al que pertenecen desde sus cuerpos y su forma de estar en el mundo. En esta doble reafirmación de identidad, nuestras protagonistas son retratadas por una cámara que las espera en sus palabras, sus dudas, y que también las acompaña en sus deseos de exilio, en sus fantasías de reconocimiento y en sus alegatos de coraje y autodeterminación. Travesti originaria se convierte en este film en una sinonimia de resistencia.

Sábado 13/12

18.30 hs. “Baklava” (2013 – 14 min.)

19 hs. “Hawaii” (2013 – 106 min.)

El deseo, impulso frágil e irrefrenablemente verdadero, no nace en cualquier circunstancia. Todo –el entorno, el momento, el azar– cumple un papel en la máquina de seducción que, en los más sutiles detalles, desarma prejuicios, derriba represiones. Berger ha sabido, película a película, indagar en ese sistema de signos ambiguos pero certeros, las cifras secretas de un juego amoroso que, en este caso, tiene sus coordenadas entre árboles y silencios, en un húmedo entorno de deseo no del todo bien disimulado. Si bien se ha emparentado a sus películas con el cine de género –y hay ecos certeros de la comedia romántica bien entendida–, el realizador se lanza a explorar climas y eventos que en su pequeña escala representan el idílico comienzo de un vínculo amoroso. Hawaii es una invitación voyeurista a una intimidad pura, un dulce coqueteo entre dos opuestos que se atraen y se alejan como imanes, que se miden en un juego de caza con cientos de minúsculas vueltas de tuerca. Berger persigue un cine del erotismo, de los cuerpos que se desean y que saben esperar, porque eventualmente, cuando todo encaje como un mecanismo de relojería, obtendrán lo que anhelan desesperadamente.