El edificio para una clínica que se está construyendo en calle Adolfo Güemes N° 82 está plagado de irregularidades y ya genera inconvenientes en vecinos y transeúntes: al no contar con cochera, hay vehículos mal estacionados por todas partes. Riesgos nada menores. DOM

Las fotos lo dicen todo: autos en doble mano, ambulancias que se detienen de apuro y son mal estacionados, autos de algún médico que dejó la mitad del vehículo sobre la vereda… son todas consecuencias de haber permitido la construcción de una clínica sin cochera. La gente que llega enferma o con un ser querido grave no se detiene a respetar al pie de la letra las normas de tránsito y bajan de vehículo a las apuradas y lo dejan mal estacionado generando un gran riesgo para los que colectivos, autos y bicicletas que transitan por el lugar. Las fotos muestran eso: está todo dado para que alguna tragedia ocurra. Y lo peor de todo es que el tránsito es el menor de los peligros latentes.

 

La historia

 La principal irregularidad es que ese edificio no cumple con las normas antisísmicas básicas, que permitirían a un lugar tan importante seguir en pie tras un sacudón telúrico. Por ejemplo: en los últimos dos pisos, ya sea para ganar espacio o por algún otro motivo, se corrieron las paredes y se las dejó sin la junta sísmica.

Los peritos que analizaron el edificio fueron categóricos. Consta en el expediente el caso que se tramita en el Juzgado de 1ª Instancia en lo Civil y Comercial 9ª Nominación que “la mampostería no ha sido vinculada correctamente a la estructura resistente, no se colocaron las barras de hierro cada dos hiladas sino cada tres y en otros casos cada seis, no cumple con los morteros cementicios de las juntas armadas y no cumple con las Normas Sismorresistentes en vigencia”.

 Los terremotos acaecidos en Chile no causaron mayores estragos por la gran cultura sísmica de ese país: son religiosos, sí, pero saben que temblores siempre habrá y que un edificio sólo se mantiene en pie si está bien hecho. En Salta, sin embargo, se siguió construyendo este edificio aunque los peritos indicaron que “se expresa la posibilidad de que ante las acciones de movimientos sísmicos, las respuestas de los muros exteriores que se presentan ejecutados como de cerramientos y a la vez de revestimiento del edificio, no responden a la estabilidad exigida de mantenerse en su posición y sufrir roturas y desprendimientos de partes que perjudiquen al sector en conjunto (vecinos y edificio propiamente dicho)”.

 No nos gustaría tener que escribir “lo dijimos” cuando algunas de estas tragedias ocurran.

Los únicos privilegiados

 La vista gorda a la hora habilitar el edificio, no fue la única irregularidad que envolvió al emprendimiento. Y es que la constructora que alguna vez estuvo a cargo de levantar al edificio que hoy funciona en la primera cuadra de la calle Adolfo Guemes había sido favorecida financieramente. Constructora que para colmo, era propiedad del cuñado y hermana del entonces ministro Alfredo de Angeli. Se trataba de la empresa Luxem.

 Cuando se conoció la noticia, el presidente del Instituto Médico de Alta Complejidad, Dr. Saavedra, desmintió la versión aduciendo que esa constructora dejó la construcción del edificio dos meses antes de que el proyecto que reúne a prestigiosos cardiólogos de la provincia recibiera el crédito especial de $1.500.000 canalizado por la Secretaría de Comercio, Industria y Servicios de la Provincia. Saavedra declaró aquella vez que Luxem estuvo al frente del proyecto ejecutivo hasta septiembre de 2010 y que el crédito especial se aprobó recién en noviembre de ese año. Lo que no dijo es que cuando se aprobó el beneficio a favor del grupo empresario que pertenece a Nilda Susana De Angeli y Mario Eduardo Nahum, hermana y cuñado del entonces ministro, Alfredo de Angelis era secretario de Comercio Industria y Servicios.

 Saavedra aseguró aquella vez que su empresa era víctima “de una campaña de desprestigio por parte del ingeniero Felipe Federico Flores y sus familiares directos”. La familia Flores posee una propiedad vecina al edificio de la clínica y efectivamente fue la que denuncio las irregularidades de la construcción por violar todo tipo de normas establecidas para ese tipo de edificios. Denuncias que finalmente fueron avaladas por la municipalidad. La familia Flores, a su vez, desmintió la versión de Saavedra sobre los beneficios y dejó en claro que Saavedra mintió o se equivoco mucho cuando dijo que beneficio financiero y constructora Luxen estaban completamente desvinculadas. Y es que el titular de la última, Arq. Mario Eduardo Nahum, cuñado del ministro, fue designado como “responsable técnico” de la obra cuestionada el 05/01/2009 por Emprendimiento Adolfo Güemes S.A.; el día 26/04/2010 (abril) se dictó el Decreto N° 1653/10 mediante el cual la empresa recibió $1.500.000 en concepto de asistencia financiera del Gobierno (expte. 136-34.215/10); y la empresa Luxem Construcciones S.A., se mantuvo a cargo de la obra hasta setiembre de 2010 según surge del expediente de la Municipalidad de Salta N° 3288/03.

Conviene no olvidar otra cosa. El beneficio fue concedido pese a que la obra era cuestionada desde el año 2007, con dictámenes de los inspectores municipales que dan cuenta de los incumplimientos al Código de Edificación. Por si fuese poco lo anterior, la Municipalidad de Salta reconoció ante la Corte de Justicia (Expte. N° 34082/10) que la obra en cuestión fue paralizada en reiteradas oportunidades por los organismos técnicos porque resulta un “potencial peligro para la comunidad” debido a una “actividad antirreglamentaria llevada adelante por Emprendimiento Adolfo Güemes S.A.”. Pese a la gravedad del asunto, los beneficios siguieron. El 23 de octubre de 2012 entre la Provincia de Salta, representada por el ministro de Ambiente y Producción Sustentable Alfredo De Angeli, y la firma Emprendimiento Adolfo Güemes S.A., se celebró un contrato de promoción industrial que le otorgó a la empresa “beneficios promocionales como medida de estímulo y fomento”. Tal contrato fue ratificado mediante Decreto 3658/12, de fecha 11 de diciembre de 2012, que también lleva la firma del ministro De Angeli.