Varias bandas salteñas se reunieron para armar un festival con onda y que dejó con la jeta caída a más de uno. El Sábado Sustancial tuvo un cierre de lujo: La Senegal Grindcore Mafia, banda tucumana que se vino a presentar su futuro disco, “Hay daño en casa”. Entonces aprovechamos para conversamos con los primos. (R.E.)

Ha pasado exactamente una semana desde que Sábado Sustancial le rompiera las orejas a quienes tuvieron la suerte de ser espectadores de esa tarde en la zona oeste de Salta, en un lugar que a pesar de su alejamiento de los centros conocidos para la movida musical, se está convirtiendo en un punto importante para guiarse en medio del mapa de la escena actual.

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Dos escenarios, ocho bandas, instalaciones de poesía, videojuegos, pintura en vivo, colombianos saltando la tapia para ingresar al ruiderío y vecinos cascoteando el techo al final, cuando los tucumanos de Senegal Grindcore Mafia se presentaban para cerrar la jornada que arrancó cuando salía la luna y se extendió hasta pasada la medianoche, fueron las postales que quedaron de la tarde sustancial. Pero antes de que se armara el desconche pudimos conversar con los primos tucumanos acerca de lo que nos iban a mostrar al final de la noche.

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La banda está compuesta por Gaspar Rojas (Guitarra), Raúl García Posse (Guitarra / Voz), German Ray Gómez (Batería) y Pablo Lamela (Bajo), músicos que antes pasaron por otros proyectos como Delphoz, Los Random y Los Empleados, entre otros. Esto les permitió en un punto hacerse conocer en el circuito del NOA, y también llegar a la maduración del sonido que por ahora sólo podemos adivinar a partir del único video que gira en la web, el rompeorejas Cuidado con ese sapo, una especie de resumen de lo que serán los cinco temas del primer disco de la Senegal, titulado “Hay daño en casa”, que saldrá a la venta a fines de noviembre próximo.

Raúl nos cuenta: “hicimos el video Cuidado con ese sapo porque no podíamos acercarnos a ningún productor sin nada, y gracias a ese video hemos conseguido la tocada en el Noiseground y vinimos acá también. Porque hasta noviembre no hay más para escuchar”. Para quienes no están muy al tanto de los festivales del género, Gaspar nos tira la que va: “es un festival bastante importante de todo lo que es stoner y sludge de Buenos Aires, tocó una banda de Chile, una de La Plata y nosotros”.

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Entrando de una a lo que se viene en cuanto al sonido del futuro disco, Raúl nos comenta: “a mí me parece que es experimental pero con una impronta muy fuerte del rock clásico, es como que sentimos que con esto que estamos haciendo ahora estamos más influenciados por bandas como Pantera, Metallica, Megadeath, Led Zeppelin y hasta Queen, más que por las bandas nuevas que seguimos escuchando; por ahí nos pasaba con los proyectos anteriores que reflejábamos lo que estábamos escuchando en el momento, que eran cosas nuevas o más progresivas, y ahora es como que todo eso de volver a las raíces, claro que seguimos experimentando con cosas nuevas, pero está muy marcado eso que escuchamos desde que somos pendejos. Hay muchos cambios, de un clima a otro pasa por algo muy arrabiado hacia algo que no llega ser tranquilo pero sí un poco menos denso. Nos pone muy contentos haber logrado esa diversidad de una manera que el disco te lleva de una forma muy viajada por esos lugares. Todo está muy pensado, todo tiene una intención, las voces, los coros, el sonido de la batería… Es como un disco muy producido pero a la vez muy roto, crudo, una mezcla rara, hemos logrado justamente lo que queríamos”.

Hablando de la sonoridad que van buscando en la grabación, Gaspar comenta que “es estridente y con todo bien al palo, con todos los instrumentos al frente, no baja nunca. Tratamos de explorar todos los ritmos que ni siquiera habíamos explorado antes, como el funk, que es un estilo que antes no lo hicimos en nuestras bandas, pero surgió una base  y la elaboramos, pero la idea es mezclar, para no quedar en un estilo… que digan esta banda es de metal, aunque sí tiene elementos pesados”. Eso lo íbamos a comprobar cuando subieran al escenario y se mandaran casi una hora de ruido infernalmente hermoso.

En cuanto a la producción del disco, Gaspar nos cuenta: “es todo independiente, lo hicimos nosotros, con el mismo productor que grabó Random y Delphoz, Ramiro Rodríguez, que es un vago que está laburando muy bien en el NOA en general y en su estudio graba a las bandas que hoy en día más se mueven en el ambiente”.

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Mientras las otras bandas prueban el sonido conversamos acerca de los proyectos futuros, los posibles viajes, uno confirmado a la Rioja y otro posible a Córdoba para llevar el disco de gira por el interior, además de la no muy lejana posibilidad de salir de las fronteras argentinas. En este punto hablamos de la difusión independiente y los contactos para ello, Pablo nos dice: “lo que pasa es que ahora está todo más fácil con las conexiones de las redes sociales u el material que vos producís tiene una llegada a x público como este, el del Sustancial, pero ya habíamos sentado cierta base con las bandas anteriores e hicimos muchos contactos. Igual estamos muy expectantes porque hasta ahora el único material es el video, entonces cuando salga el disco seguro se van a abrir más puertas”, a lo que Raúl agrega: “La idea es tocar en todos lados, eso lo charlábamos hace poco, porque estábamos acostumbrados a tocar en Tucumán todo el tiempo, pero eso tal vez es contraproducente porque el público allá por ahí es poco -esto debe pasar en todos lados-, y si tocas todo el tiempo en el mismo lugar es como que no hay nada nuevo”.

Para finalizar la breve charla, y ya con el sonido de la primera banda de la tarde como fondo, preguntamos qué era lo que nos esperaba a los espectadores de esa noche para cuando la Senegal se presentara, y casi proféticamente, nos respondió Raúl: “En vivo tratamos de explotar más la parte de la intensidad, es como una piña constante en la cara, no bajamos nunca, en el disco por ahí se aplaca un poco la furia de la banda, pero en vivo la explotamos más”.

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Estaba en lo cierto, porque para los que nos quedamos hasta el final de la jornada, esa piña en la cara fue de lo mejor que nos pasó en la noche. Era hora de cerrar e irse. Los cascotazos en el techo nos invitaban a hacerlo. Aunque todavía quedaba algo de fernet y flores de tucson.

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Fotos: Ela Nunes