Tras conocerse que el Juez Federico Diez está denunciado por violencia de género y que la corporación judicial dificultó el proceso, la causa recayó en Ada Zunino cuya pésima actuación en un caso de 2014 culminó con el femicidio de Romelia Pistone. (D.A.)

El caso de Federico Diez fue dado a conocer por El Tribuno el miércoles pasado: está denunciando por su expareja por violencia de género, desobediencia judicial y amenazas con armas. No fue lo único que se supo ese día, sino que también la denunciante aparecía como “imputada” en la causa y que había padecido obstrucciones de todo tipo por parte de la corporación judicial que incluyó desde la exposición de su vida íntima y privada, la excusación de varios jueces para tomar el caso y las dificultades que tenían sus abogadas para ser aceptadas como querellantes, lo cual las inhabilitaba a acceder al expediente en marcha.

Cuando lo último quedó resuelto, la jueza de apellido Espeche -que intervino en primer término- estableció como condición previa a su constitución que la víctima acreditara una audiencia de mediación con su “agresor”, algo que según denunciaron está prohibido por el artículo 9 de la ley provincial 7.888, otras leyes nacionales y tratados internacionales. No obstante, el denunciado recusó a Espeche y la causa recayó en la Jueza de Garantías 1, Ada Zunino, a quien la Superintendencia de la Corte ya pidió informes sobre las actuaciones y le exigió un cambio de carátula para que la víctima no aparezca como supuesta imputada.

La participación de Zunino no acabó con los absurdos, en tanto hasta hace una semana también había negado la posibilidad de que las abogadas de las víctimas tomaran conocimiento de lo que se fue produciendo en el proceso. Es más, citó a una audiencia entre las partes para decidir sobre las medidas de protección que fueron dictadas por la otra magistrada, “volviendo a poner en una situación de vulneración a la víctima”, denunciaron organizaciones de mujeres quienes aclararon que las letradas mantienen firme su decisión de revictimizar a la víctima exponiéndola ante su agresor.

Pasado que condena

Aunque la actuación de Zunino es asombrosa según los parámetros jurídicos, para algunos que saben algo de su trayectoria judicial la sorpresa es menor al señalarla como una persona decididamente inclinada a fallar en contra de mujeres en casos que involucran acusaciones de este tipo. Y aunque nadie de los que así declaran aportan casos concretos a la generalización, Cuarto Poder se había referido a ella en un largo informe de mayo del 2015 en el que se evidenciaban las responsabilidades de la justicia en el femicidio de Romelia Pistone ocurrido en Fortín Dragones el 6 de diciembre de 2014.

La nota cuestión se tituló “Para las nadies, ni justicia” y había requerido la presencia de este medio en esa localidad de Embarcación, como así también en la ciudad de Tartagal, en donde Zunino estaba a cargo del Juzgado de 1º Instancia en lo Civil de Personas y Familia al momento del caso. En ese juzgado y Zunino había recalado la denuncia por violencia de genero efectuada por Romelia quien finalmente fue asesinada por su pareja.

Su hermana Beatriz relató en mayo del año pasado que aquel sábado de diciembre de 2014, su hermana se despidió de ella a las 22:50 para ir a un baile aunque 20 minutos después le fueron a avisar que Romelia yacía sobre la calle a media cuadra de su casa. Cuando llegó al lugar la policía custodiaba el cuerpo cubierto por una manta. “Y yo le pregunto ¿por qué me la han tapado? Yo me la quiero llevar a mi casa a dormir, y ahí me dicen ‘lo lamento mucho’. Entonces ya me di cuenta y pregunté ¿Fue Fidel no? y ellos me dicen: ‘Sí, él la mató’”.

Todo el pueblo sabía de la violencia que Fidel Maza ejercía sobre Romelia. El 18 de agosto de 2014 fue la propia Beatriz quien se presentó en la comisaría del lugar para informar que desde el paraje El Teniente, Romelia pedía auxilio vía mensaje de texto. Diez días después llegó un nuevo pedido de auxilio, por la misma vía y desde el mismo lugar donde la joven vivió un par de meses en la casa de los padres de su pareja. Como la falta de nafta sirvió de excusa policial para no hacer nada, Beatriz se ofreció a pagar el combustible aunque no hizo falta: el mismo Fidel Maza llevó a Romelia a Dragones y la dejó adormecida por los golpes en la casa de una comadre.

Fue entonces cuando la propia víctima se presentó en la comisaria que el 28 de agosto registró el calvario de la joven quien confesaba “querer mucho” a su pareja aunque expuso que la relación estaba concluida, que el maltrato era verbal y físico, que Maza amenazaba con pegarle un tiro si ella entablaba otra relación y que sus pocas pertenencias quedaron donde su expareja, quien le prohibió llevárselas.

No es Ada buena

La causa terminó en el Juzgado de Ada Guillermina Zunino quien citó para el 19 de septiembre a la denunciante y al denunciado. Éste negó las acusaciones aunque Romelia amplió su declaración del 28 de agosto: bofetadas en el rostro, patadas en el estómago, amenazas a sus hijos y una confesión final en donde reconocía que ya se habían separado pero que “yo de tonta volví, me dejó por otra, no tengo donde ir”.

Zunino resolvió que Maza debía mantener una distancia de al menos 200 metros de Romelia; que la policía debía custodiar por 10 días el domicilio de la joven y tras ese tiempo realizar rondas periódicas. Romelia, mientras tanto, debía mantener una entrevista con la psicóloga del Poder Judicial. La profesional fue Laura Guerrero Palma, quien ese mismo día hizo su evaluación y a las 11:40 del lunes 22 de septiembre remitió por mesa de entrada su Informe Psicológico dirigido a la jueza, según quedó registrado en el expediente al que accedió Cuarto Poder en mayo de 2015. El informe debería haber resguardado aún más la vida de Romelia si Zunino lo hubiese leído, cosa que evidentemente no ocurrió porque debajo del sello que certificó el ingreso, una anotación manuscrita redactada meses después decía lo siguiente: “Informo que el presente informe no fue agregado debido a que el Expte. se encontraba traspapelado”.

La anotación manuscrita era del 10 de diciembre del 2014. Cuatro días después de que en el viejo camping de Fortín Dragones en donde bebía Fidel Maza, este viera venir a Romelia engalanada para un baile y después de interceptarla la llevara al fondo del predio, discutieran unos minutos, la abrazara y empezara a acuchillarla en la zona de la pelvis. Romelia logro librarse y trato de dejar atrás al viejo edificio de la estación de trenes que se levanta en el propio camping, pero a los pocos metros sintió que el cuchillo tipo tramontina se introducía en su espalda. Logró deshacerse de su agresor y correr, aunque sólo para desplomarse en una callecita polvorienta donde luego la policía la cubrió con una manta hasta que llegara su hermana Beatriz.

El Informe que Ada Zunino no leyó a tiempo diagnosticaba que la víctima y el asesino tenían una relación “conflictiva” y sin canales de comunicación saludables; que en la misma primaba “la asimetría en la distribución de roles, ubicándose Romelia en lugar de sumisión y dependencia (…) no sólo desde lo emocional (…) sino también desde lo estructural ya que la joven no tiene un lugar en el cual vivir junto a sus hijos”; que si bien Romelia “desde lo manifiesto reconoce los actos de violencia hacia ella y sus hijos, desde lo latente, no logra percibir el riesgo en el cual se encuentra, tendiendo más bien a minimizar y naturalizar los actos de violencia”. La conclusión de la profesional era tajante: “Romelia y sus hijos se encuentra en un alto nivel de riesgo y vulnerabilidad ya que se encuentra en una situación de violencia extrema. Se considera que es alta la probabilidad de que surjan nuevas denuncias”. Finalmente, Laura Guerrero Palma sugirió “resguardar la integridad física y emocional de la Sra. y principalmente sus hijos menores de edad” y que se “mantengan las medidas de protección dispuestas por S.S.”.

Cuarto Poder se comunicó en mayo de 2015 con la psicóloga del Poder Judicial de Tartagal, Laura Guerrero Palma. Queríamos saber cuál era el sentir de una profesional que rubricó un informe que podría haber salvado la vida de una joven y que sin embargo quedó traspapelado. La profesional se declaró “consternada e impotente”. Ignoraba hasta esa comunicación que Romelia había sido brutalmente asesinada y también la suerte que había corrido su informe.

Destinos distintos

El cuerpo de Romelia yace en una tumba en cuyo revoque fino alguien estampó a mano su nombre, la fecha de nacimiento y el de su muerte: Romelia Milagros Pistone, 19 de diciembre de 1993; 6 de diciembre de 2014. El cementerio está en Fortín Dragones, un pueblo al que bien podríamos calificar de “otra provincia”. Una que en las profundidades del monte parece vivir una historia detenida y en donde sus habitantes esperan poco de un Estado que llega mal, en el mejor de los casos; o es cómplice de las tragedias que enlutan a los nadies de esa otra provincia.

Ada Guillermina Zunino dejó el caliente Distrito Judicial de Tartagal el 2 de febrero del año 2015 y juró como jueza de Garantías de Primera Nominación del Distrito Judicial del Centro. Cuando lo hizo, ya cargaba con varias denuncias en su contra. Una de ellas firmada por Beatriz Pistone, quien solicitó al Fiscal Penal de Tartagal, Pablo Cabot, se inicie una investigación penal que determine las responsabilidades de policías y jueces en la muerte de su hermana. La denuncia es del 15 de diciembre de 2014 y resalta la nula eficacia policial para resguardar la vida de su hermana. Beatriz ignoraba la existencia del Informe Psicológico que debería haber resguardado la vida de Romelia y al que Cuarto Poder había accedido en Tartagal un día después de visitar a los Pistone en Fortín Dragones.