El polémico jefe comunal de Rivadavia Banda Norte, Atta Gerala, fue procesado por la justicia. Es por la causa que lo acusa de haberse quedado con $1.200.000 de su gestión municipal concluida en el 2011.

La decisión de la Justicia llega un día después de que cientos de vecinos de Morillo se manifestaran en esa localidad y denunciaran que se sienten desprotegidos tras dos muertes polémicas: la de Pablo Moreno, el piquetero que estaba detenido en la cárcel de Tartagal acusado de intento de homicidio contra dos efectivos policiales tras protagonizar incidentes en una manifestación en esa localidad ocurrida el año pasado; y la muerte de Claudia Marisol Campos, una adolescente de 16 años que fue encontrada muerta el miércoles 23 de marzo luego de estar desaparecida durante cinco días. Según los manifestantes, tanto Pablo Moreno como Claudia Campos pertenecían a dos familias identificadas como opositoras al PJ de Rivadavia, que tiene como referentes al intendente Atta Gerala y al senador Mashur Lapad.

El procesamiento al jefe comunal, no obstante, está relacionado con la denuncia realizada por Marcela Carbajal, quien había accedido a la jefatura municipal de Rivadavia Banda Norte en diciembre del 2011 y acuso a Atta Gerala por el faltante de $1.200.000, que debían estar en las cuentas del municipio. Hoy a más de cuatro años de aquella denuncia y cuando Gerala volvió a acceder a la intendencia del lugar, el procesamiento efectivo fue anunciado por la Justicia.

De larga data

La historia de Atta Gerala comienza en los años de la dictadura militar, cuando asumió por primera vez, de facto, la intendencia de Rivadavia Banda Norte. La democracia no lo juzgó, ni le infundió sus valores e incluso logró sacar mejor partida pues en 1983 Roberto Romero nombró como jefe comunal a Mashur Lapad, consuegro de Don Atta. Desde entonces estos parientes y socios de negocios alternaron en el poder; Don Atta estuvo 16 años al frente de la intendencia y Mashur Lapad ocupa, actualmente, el segundo lugar en la cámara de Senadores.

Aquella vez, Gerala no se presentó a realizar el acto de traspaso de mando al que sí asistieron Juan Lopresti, quien era asesor contable y asesor de la gestión de Gerala y el Secretario de Gobierno Nicasio Villalba y se limitaron a entregarle a la intendenta Marcela Carabajal siete hojitas impresas en hojas A4 en las que decían que le dejaban al municipio $1.261.183 y, además, aseguraban que “no existen comprobantes de gastos pendientes de rendición”.

Inmediatamente, Carabajal fue a chequear que había de verdad y qué de ciencia ficción en las hojitas presentadas por los funcionarios de Gerala y añadió, en esa acta, que los funcionarios no entregaron las Cuentas Generales de los ejercicios 2007, 2008, 2009, y 2010 y que en todo el municipio no estaban los registros contables; a lo que se conoció la versión de los funcionarios de Gerala: al parecer unos ladrones y menesterosos irrumpieron en las oficinas de Gerala y robaron esos cuadernos. Ese supuesto robo fue luego denunciado por la Auditoria General de la Provincia.